viernes, 30 de mayo de 2014

JÚU SÉWUA NÁKEO (la flor del Amor)



A orillas del río Yaqui, existió hace mucho tiempo un pueblo indígena, entre cuyos habitantes se encontraba un indio fuerte y valeroso autor de hazañas inigualadas. El indio se llamaba Báa Báchi.

Su prestancia varonil tenía enamorada a una bella india, que se llamaba la Chiriki y que adoraba al joven guerrero.

El frenesí que unía a estos enamorados, se enfriaba con frecuencia por la coquetería de la muchacha. Le gustaba dar celos a su amante y exigirle pruebas constantes de su amor.

Un día en que los enamorados paseaban a orillas del río, la Chiriki arrojó un brazalete de oro al agua, y le exigió a Báa Báchi que lo rescatase.

El indio obedeció su capricho y buscó la alhaja, confiado en sus dotes de nadador.

Al cabo de algún tiempo, Báa Báchi no volvió a la superficie y la desesperación y la tristeza se apoderó del ánimo de la Chiriki; empezó a creer que su coquetería había comprometido la vida de su amante y la idea de que pudiera haberlo perdido, la lleno de terror.

Arrepentida de su comportamiento consultó con el hechicero del pueblo, pidiéndole consejo; el resultado por lo que le dijo el hechicero, la Chiriki se arrojó en el mismo sitio donde Báa Báchi se había sumergido, desapareciendo ella también.

Al día siguiente, de madrugada, todos vieron surgir del fondo del río, en el lugar donde habían desaparecido los amantes una flor extraña, completamente desconocida hasta aquel momento, a la que llamaron: JÚU SÉWUA NÁKEO.

(La flor del Amor)

miércoles, 28 de mayo de 2014

EL CHOCOLATE



Esa deliciosa bebida que llamamos chocolate, propia de emperadores y dioses, se elabora con las semillas del cacao, planta perteneciente a la familia de las Esterculiáceas, del género Theobroma, cuyas especies principales son el T. Cacao, el T. Angustifolium y el T. Bicolor H. y S. Al árbol del cacao los antiguos mexicanos lo llamaban cacao-cuauhuitl, del cual diferenciaban cinco especies: cuauhcacáhuatl, mecacáhuatl, xochicacáhuatl, cuauhpatláchtli y tlalacacáhuatl. De estas especies la que se empleaba más frecuentemente para hacer el chocolate era la tlalacacáhuatl, cuyo nombre significa “cacao de tierra”, las restantes servían como moneda de cambio.

En referencia a la etimología de la palabra “cacao”, la Enciclopedia de México nos informa que se trata de una voz maya, cacau, que al ser empleada por los mexicas se adoptó a la fonética del náhuatl y se convirtió en cacáhuatl.


Tal vez por conducto del zoque cacahua y a la mayoría de las lenguas europeas casi sin alteración. Parece que la radical cau, que se encuentra igualmente en las formas caoc, chauc y chac y que significa “rayo”, se emparenta con muchas palabras mayas relacionadas con el fuego, la fuerza, el color rojo y el calor. En cacau convergen los conceptos de fuerte, por su singular propiedad energética, bien conocida por los mayas y otro atributo que se expresa en la radical cac: el color rojo de su cáscara. Las siguientes lenguas mesoamericanas emplean formas afines a caco. Chol: cucuo; chorti: cacao; have: cacau; kekchí: cacao; lacandón: chau; kakchiquel: cacou; maya del Chilam Balam de Chumayel, del Códice Pérez y moderno de Yucatán: cacau; mopán: cucuh; pocomchí: quicou; popoluca de Sayula: cágua; quiché del Popol Vuh; caco o cacu; tzeltal: cacab, en el siglo pasado y actualmente en Bachajón: cacau; tarasco: cahecua.    

En cuanto a la palabra xochócatl, Sebastián Verti opina que era el nombre que los indios daban al cacao y que proviene de – atl, agua, y de xoco, onomatopeya del ruido producido por el agua en donde se hierve al cacao. 

Por su parte, Ramón Cruces Carvajal opina que xochócatl proviene del náhuatl xócoc, agrio, y atl, agua; lo que significaría “agua agria”, etimología que se sustenta en el hecho de que el cacao sin endulzar tiende a ser agrio.

Don Artemio del Valle-Arizpe cita a Eufemio Mendoza quien afirma que el vocablo chocólatl, significa “agua que gime”, por el ruido que se produce al ser batido. De tal manera que la palabra vendría de choca, llorar y atl, agua; o bien de choca, llorar, de coloa, rodear o dar vueltas y de atl, agua; lo que significaría “agua que gime al dar vueltas el molinillo”. El historiador menciona también que don Jesús Sánchez deriva la palabra de pozólatl, bebida de maíz cocido acompañado de varios ingredientes, término que los españoles descompusieron en pozolate y luego chocolate. 

Sea cual fuere la etimología de la palabra, lo cierto es que los mexicas tenían en alta estima a esta deliciosa bebida cuyo fruto simboliza al corazón humano y cuya preparación representaba la sangre. Al corazón correspondían la vitalidad, el conocimiento, la afección, la memoria, el hábito, la voluntad, la acción, y la emoción. Así como la sangre tenía la importante función de fortalecer, dar vida y posibilidad de crecimiento. 

La tradición oral de los mexicas nos cuenta en una leyenda que Quetzalcóatl, la Serpiente Emplumada, dio a los toltecas el maravillo cacao, junto con algunas otras plantas y raíces comestibles, como el maíz, el frijol, y la yuca. El propósito del dios consistía en tener a los hombres bien alimentados para que pudiesen dedicarse con tranquilidad a estudiar, convertirse en hombres sabios, en magníficos arquitectos, y en delicados artistas y artesanos. Quetzalcóatl se robó el árbol del cacao del paraíso donde vivían los dioses y plantó un pequeño arbusto de hojas rojizas en las tierras de Tula. Ya que hubo plantado el arbusto, se dirigió a ver al dios del agua Tláloc y le pidió que enviara lluvia para que la planta se alimentara y creciese bella y abundante. Poco después, se dirigió a la morada de Xochiquétzal, Flor de Plumaje Precioso, diosa de la belleza y del amor, y le pidió que diese a su árbol flores maravillosas. Con el tiempo, la planta dio frutos de cacao. Entonces, Quetzalcóatl les enseñó a los toltecas a tostar los granos que crecían dentro de una vaina, a molerlos, y a batirlos con agua para obtener la estupenda bebida que conocemos con el nombre de chocolate. Los toltecas, bien alimentados con la sabrosa y energética bebida, acrecentaron sus poderes y se convirtieron en hombres fuera de serie. 

Cuando llegó a conocimiento de los dioses lo maravillosos que eran los toltecas gracias al chocolate que Quetzalcóatl había tenido la desfachatez de robarles, montaron en cólera y la envidia los embargo sin piedad. Opinaban que la tal bebida sólo había sido destinada a los dioses, que nadie más podía gozar de su sabrosura y de sus cualidades. Así pues, rojos de ira, juraron vengarse de Quetzalcóatl y de los toltecas.

Un mal día, uno de los dioses, Tezcatlipoca, el eterno enemigo de Quetzalcóatl, se transformó en mercader de pulque, se acercó a la Serpiente Emplumada y le ofreció una jícara con tlachihuitli, pulque, para que lo bebiera, asegurándole que esa bebida tenía el poder de quitar las penas y cualquier incómodo malestar. Quetzalcóatl tomó el brebaje y, como era de esperarse, se emborrachó. Al otro día, el dios despertó, y al darse cuenta de lo acontecido, se sintió avergonzado y humillado por la borrachera que se había puesto y por la venganza  y la envidia de los dioses. Maltrecho y deshonrado, decidió irse para siempre. Antes de partir vio que todos los árboles de cacao que con tanto cariño habían cuidados los toltecas, estaban secos y convertidos en huisaches. Sin embargo se percató que  en el suelo habían quedado algunas semillas intactas. Quetzalcóatl las recogió y se las guardó en su morral. Al llegar a Tabasco, las arrojó en tierra fértil, donde se reprodujeron generosamente, como podemos ver hasta estos días.

Gracias a tal acción de la Serpiente Emplumada podemos disfrutar de la exquisita bebida que en todas partes se conoce como chocolate, y es un aporte de México a la coquinera de todo el mundo. 

UN LÉPERO QUE FUE REY DE INGLATERRA POR UN DÍA


ENRIQUE VII QUIEN CEDIO SU REINO A UN LÉPERO POR UN DÍA

JUAN DE LEPE era un marino de esta localidad onubense cuyo carácter debía ser una mezcla del Lazarillo de Tormes, pícaro, Juan Tamariz, tahúr y el Follonero bromista y descarado que los avatares de la vida le llevaron a la corte del rey de Inglaterra, Enrique VII. Llegó a ser una mezcla de confidente y bufón del rey. El desapacible clima de la isla hacía que rey y plebeyo pasasen las horas, al calor del hogar, tomando unas cervezas y jugando una partida de cartas o de ajedrez. El rey inglés tenía fama de tacaño y las apuestas no pasaban más de allá de alguna moneda hasta que un buen día, pensando que Juan se echaría atrás, se jugó las rentas de Inglaterra a una mano – aunque luego lo dejó en las de un día -. Juan, sin inmutarse, aceptó…


Y el resultado… Juan de Lepe ganó y fue rey de Inglaterra durante un día “The little King of England” Se dio una gran fiesta en su nombre y Juan aprovechó la ocasión para llenarse los bolsillos. Tras la muerte de Enrique VII, en 1509, el lépero decidió regresar a su casa antes de que Enrique VIII decidiese su destino. Ya en su pueblo natal, se dedicó a disfrutar de la vida, y de su fortuna, pero también quiso ganarse el retiro celestial y donó parte de sus riquezas al Monasterio Franciscano de Lepe con una condición: cuando falleciese se debería grabar en su lápida, a modo de epitafio, sus hazañas. Así sea…


Y aunque a fecha de hoy no se conserva, sabemos que se hizo por la obra Origine Seraphicae Religionis 1583 del padre Francisco de Gonzaga:


“En la Iglesia de este convento Ntra. Sra. de la Bella aún se ve el sepulcro de cierto Juan de Lepe, nacido de baja estirpe del dicho pueblo de Lepe, el cual como fuese favorito de Enrique VII rey de Inglaterra con él comiese muchas veces y aun jugase, sucedió que cierto día ganó al rey las rentas y la jurisdicción de todo el reino por un día natural, de donde fue llamado por lo ingleses el pequeño rey…”

CUANDO SE HABLA POR LA HERIDA



A veces no es la boca quien habla sino la herida que habita en el alma y expresa el dolor que siente en lo más profundo de su ser y su anhelo enorme de encontrar la calma.

Y pueden surgir palabras como espinas que se clavan en otros corazones, o un mutismo que es más doloroso y ensordecedor que el mismo tono rencoroso que manifiesta mil emociones.

Cuando habla la herida suele suceder que se dicen y hacen cosas sin querer, las palabras y acciones no tienen medida, ocasionan estragos, causan dolor y producen más heridas, que derrumban lo que se había construido y quebrantan la relación que por algún tiempo había existido.

Cuando es la herida la que habla, se puede llegar a perder el autocontrol, es el corazón quien domina a la razón; predomina más el sentir que el pensar; se pierde la fe en el sentimiento, se cierra una puerta que teme abrirse de nuevo de par en par.

Para sanar la herida, es necesario destapar; sacar el veneno que la invade, aunque duela remover todo lo que se guarda y acumula, y parezca imposible encontrar una medicina que sane y no deje cicatriz de aquello que dolió tanto que el corazón creyó morir.
Es bueno tener presente, antes de juzgar cualquier palabra o acción, que quizás quien actúa y habla no es la persona sino la herida que esconden en su interior; por lo que le hicieron o le negaron, por lo que le dieron o le quitaron, por la confianza que dio y le defraudaron.

Hay que aprender a contar hasta diez o cien, antes de hablar o actuar e intentar comprender a quien por la herida ha de hablar; es sano buscar la manera de poderse desahogar, sin atropellar ni dañar; sin deteriorar o destruir esa relación, causando así más heridas en otro corazón.

Si has de decir o hacer algo, trata de razonar y pensar, si estas hablando por lo que eres o por lo que has de experimentar; mira bien si tus palabras tienen miel o hiel, si aportan y construyen, o por el contrario, arrebatan y destruyen… Y si lo que necesitas es dejar hablar a la herida que hay en tu corazón, busca a alguien que realmente entienda tu razón… de este modo será más sano y podrás calmar tu dolor, sin causar más daño y experimentando la paz que viene del amor de Dios.

LA CRUZADA DE LOS NIÑOS



La Cruzada de los Niños o Cruzada Infantil fue un conjunto de hechos históricos y relatos fantásticos durante el año 1212. Hay diferentes versiones sobre este hecho, pero todos tienen en común que estos niños fueron liderados por un hombre que les llevo hasta Génova, en el caso de los niños que partieron de Alemania , y hasta Marsella en el caso de los niños de Francia que querían partir desde esos puntos hasta Jerusalén. La mayoría acabo muriendo en la mar o terminaron siendo esclavos cuando llegaron a Alejandría.  Los historiadores debaten hasta la actualidad la autenticidad de los hechos.

En la versión romántica se dice que un niño, de Alemania o Francia, llamado Nicolás  fue visitado por Jesús e instruido para dirigir la cruzada. Alrededor de 20.000 niños se dirigieron hasta el mar Mediterráneo donde las aguas se separarían y les daría paso hasta Jerusalén. Al final el mar no se abrió por lo que dos comerciantes les dejaron siete barcos. Los niños fueron engañados y llevados hasta Túnez, donde fueron esclavos, aunque muchos otros murieron en la mar e incluso en el camino hacia el Mediterráneo.

Actualmente se sabe que todo esto como se ha dicho antes es una mezcla de realidad y ficción. Fueron dos movimientos que surgieron en ambos países pero que fueron por separado no mezclados en una misma historia. Por la parte Alemana el "caudillo" de estos niños fue Nicolás, un pastor alemán  que en 1212 cruzó los Alpes con su gente hasta llegar a Génova. No llegaron a salir nunca de allí, porque el grupo se disolvió al darse cuenta que las aguas no se abrieron como se había prometido. Unos se fueron a casa, otros a Marsella y otros a Roma.

El segundo movimiento tuvo como líder a Esteban de Cloyes quién decía que tenía una carta de Jesús para el rey. A la llamada acudieron 30.000 personas que fueron hasta Saint-Denis donde fue visto practicando milagros. Allí se presentaron los sabios de la Universidad de París y el rey Felipe II quien ordeno que el grupo se dispersara. En ningún momento se llego hasta Tierra Santa. Investigaciones modernas dicen que no eran niños sino jóvenes y adultos. En el siglo XIII muchos pobres del norte de Alemania y Francia vendieron sus tierras y marcharon hasta Tierra Santa. Estos grupos fueron llamados puer, niño en latín mas tarde aparecería referencia a puer Nicholas y a puer Stephan. Ambas historias se mezclaron con el famoso nombre de Cruzada de los Niños.

lunes, 26 de mayo de 2014

EL DESTINO DE MANUELITO E ISABEL



Manuel Tapia Gutiérrez era un indio yaqui convertido al catolicismo. Manuelito era muy inteligente y sabía adaptarse a la sociedad criolla en la que vivía, pues tenía más contacto con hombres blancos que con indios de su tribu.

Trabajaba en una oficina administrativa del gobierno colonial de inicios de 1800, en Villa del Pitic. Tenía como novia a una bella joven criolla llamada Isabel de la Torre y Landavazo, enamorada de Manuelito y prendada de su guapura, su buen comportamiento, y de su buena conducta.

Su jefe, el capitán Andrés de Alcocer, lo apreciaba porque era buen trabajador. En cambio, la madre de Isabel, doña Ignacia Durazo, lo detestaba y lo consideraba muy poca cosa para su hija. El padre, don Pedro, era más benevolente con el amor de su niña hacia el indio, pero le tenía miedo a su esposa, de carácter enojón y escandaloso, y aceptaba todo lo que ella decidiera. 

Isabel creyó que lo más conveniente era casarse en seguida con Manuelito, pero su madre se negó rotundamente, amenazando a su hija de la peor manera y augurándole como mínimo los terribles fuegos del infierno si llegaba a casarse con un indio “salvaje”, descendiente de chamanes, de raza inferior, pagano y, para colmo, moreno. A pesar de las súplicas, las lágrimas, y los berrinches de Isabel, doña Ignacia no sólo no cambió de parecer sino que se opuso  con mayor fuerza a ese “desatinado y desigual matrimonio”, y acudió a un brujo del pueblo para impedirlo.

Como Isabel persistía, un día doña Ignacia le dijo:

-¡Bien, hija, puesto que estás decidida a casarte, boda tendrás, de eso no te quepa la menor duda!- Isabel se puso eufórica, pero luego le pareció que las palabras de su madre estaban cargadas de un cierto tonillo que no le gustó nada y le asustó. Llena de aprehensión acudió a don Pedro para exponerle su temor. Su padre la escuchó y conociendo la mala índole de su esposa decidió tomar providencias. Ambos acudieron a la iglesia y se encomendaron al Señor para que protegiera a los amantes de las malas y hechiceras intenciones de doña Ignacia.

Los novios se casaron con gran fausto. Al salir de la iglesia, el cielo se oscureció y un enorme rayo cayó sobre Manuelito que quedó en el acto todo calcinado. La descarga eléctrica alcanzó a Isabel, quien murió fulminada en el acto. Algunos invitados corrieron a la casa de Ignacia que no había asistido a la boda, y le dieron la terrible noticia a gritos:

-¡doña Ignacia, doña Ignacia, los novios han muerto alcanzados por un rayo!-

-¡Cómo!- exclamó la mujer, -¿Ambos han muerto?-

-¡Sí, señora, al dirigirse a la carreta, en el atrio de la iglesia un rayo los alcanzó y los fulminó, los dos están muertos!-

Como loca, la madre acudió de nuevo al brujo, le compró un potente veneno, lo bebió, y cayó muerta al instante. El padre, desolado, no volvió a hablar de la fatal boda, se encerró en su casa a esperar que le llegase la muerte cuando Dios así lo dispusiera.

SUAWAKA, EL FLECHADOR



Hace muchos miles de años, en una colina llamada Tácale situada al noroeste de Guaymas, vivía una serpiente de siete cabezas. Cerca del río, en So’ri, existía otra colina poblada por más serpientes de siete cabezas. Los indios yaquis afirmaban que cada serpiente era una persona que se había casado con un pariente. Cuando morían los incestuosos, iban a parar a las colinas convertidos en serpientes. Al cumplir un año de muertos les salía una cabeza, al segundo otra, y así hasta completar las siete cabezas. Cada siete años, las serpientes salen de su morada y ocasionan fuertes vientos y terribles lluvias que perjudican a los humanos. En el Cielo se encuentra el dios Suawaka, el arquero de las estrellas fugaces, casado con la diosa de las plantas y de la supervivencia en el desierto. Desde su celestial lar observa la salida de las serpientes de siete cabezas. En cuanto las ve, les arroja una flecha de fuego, que los indios ven como si fueran estrellas fugaces que se aparecen por las noches. En cuanto la serpiente es flechada, Suawaka la apresa y la lleva al Cielo, donde lo esperan su esposa, su suegro, llamado Yuku, y su suegra que es nada menos que la Lluvia. Con la serpiente preparan ricos platillos y se la comen. Cada siete años, el dios desciende a la Tierra y se dirige a Tácale y a So’ri a recoger las presas flechadas con su arco. A su familia nunca le falta el alimento. Cuando Suawaka por alguna razón no baja a la Tierra, empiezan a salir serpientes de las colinas y se produce mucho viento y mucha lluvia.

Un mito nos relata que una vez un pescador se encontraba pescando cerca de Guaymas cuando se dio cuenta de que Suawaka mataba a una serpiente. El hombre le preguntó lo que hacía, a lo que el dios respondió: -Mato una serpiente, ¿acaso no lo ves? El pescador le preguntó en dónde vivía: -En el Cielo, respondió el flechador. – ¡Llévame a tu casa!, dijo el hombre.  El dios aceptó, se puso la serpiente en un hombro, colocó encima al pescador, le ordenó que cerrase los ojos y emprendió el vuelo.

Cuando llegaron al Cielo, el pescador vio mucha carne de serpiente y muchas escaleras de víboras. La esposa del dios le ofreció un plato lleno de carne, pero al hombre no le gustaba la carne de serpiente y lo rechazó. La mujer, ofendida, le dijo a su marido: - ¡Este hombre no quiere comer, se va a morir, hiciste mal en traerlo! Asustado, el pescador le pidió a San Miguel, el otro nombre de Suawaka, que lo regresara a la Tierra. El dios aceptó y le dio una escalera de víboras para que la mostrara a todos y así se les quitaran las ganas de subir al Cielo. Cuando el pescador llegó a su pueblo enseñó la escalera de serpientes que le había dado el flechador, y todos fueron presa de pánico y a nadie le dieron ganas de ir a visitar al dios en las alturas celestiales.

domingo, 25 de mayo de 2014

LA FUNDACIÓN DE MORELIA



Nuño de Guzmán inició la conquista de Michoacán en 1521 sin enfrentar ninguna resistencia guerrera por parte de los indígenas debido a las amenazas que hiciese Cristóbal de Olid a la embajada que mandó el cazonci encabezada por  Cuiniarangari, de masacrar a todos los habitantes de Michoacán en caso de oposición de los indígenas.  El 25 de junio de 1522, Cristóbal de Olid con sus sanguinarias huestes españolas, tomó la ciudad de Tzintzuntzan, sin ninguna oposición de Tangaxoan Tzintzicha, el cazonci. Al darse cuenta de la barbarie de Olid, el cazonci, Tangaxoan II, atemorizado, huyó a Pátzcuaro, ocultándose del conquistador. Sin embargo, pronto resintió las amenazas del español y tuvo que someterse a todos sus caprichos y ambiciones, entregando oro a cambio de que el indígena conservara su puesto de gobernante de los purépecha. Poco le duró el gusto, ya que en 1530, Nuño de Guzmán dio muerte a Tangaxoan quemándolo en la hoguera. 

Consumada la conquista, en el año de 1531, llegaron los franciscanos Juan de San Miguel y Antonio de Lisboa, quienes evangelizaron a los naturales del valle de Guayangareo, conformándose así el primer asentamiento español: el Convento de Buenaventura. Dos años más tarde llegaba don Vasco de Quiroga con la finalidad de construir una ciudad para los españoles y defender a los indígenas de las vejaciones sufridas por Nuño de Guzmán. Don Vasco ubicó la ciudad española cerca de Tzintzuntzan, donde se constituyó un cabildo. El 8 de agosto de 1536, el rey Carlos V, autorizado por el Sumo Pontífice, redactó un documento para la creación del Obispado de Michoacán, de acuerdo a la Bula Illios Fulciti emitida por Pablo III. Un año después, por Cédula Real del 20 de septiembre, se ordenó la construcción de una Catedral en el lugar donde al obispo se pareciere mejor. No se pensaba en Tzintzuntzan, por los inconvenientes que presentaba, pero don Vasco tomó la iniciativa y decidió que el lugar apropiado para la edificación de la catedral fuera Pátzcuaro, uno de los barrios de Tzintzuntzan. Esta decisión no gustó a los españoles quienes opinaban que no había suficiente tierra para los cultivos y la cría de ganado; además de que alegaban que había muchos asentamientos indígenas.

Durante una visita del virrey de la Nueva España a Michoacán, don Antonio de Mendoza –quien gobernara en territorios mexicanos de 1535 a 1549-, los encomenderos españoles, inconformes, le expusieron su inconformidad diciéndole que no les parecía adecuada la construcción de la ciudad en Pátzcuaro. Así las cosas, los españoles le escribieron a la reina de España Juana, llamada la Loca, a fin de que la ciudad de Michoacán, se reubicara en Guayangareo; la reina dispuso entonces que se fundara la villa de los españoles en 1537, con el nombre de Valladolid, ciudad en la que se expidiera la Cedula Real de su fundación. La tal Cédula decía que en la villa deberían establecerse sesenta familias españolas y nueve religiosos, para “impedir los desmanes de la gente bárbara”. Así, el virrey visitó el valle de Guayangareo en 1540, y el 18 de mayo de 1541, a las ocho de la mañana, se fundó la villa de la Nueva Mechuacán, siendo los comisionados el escribano público y de Cabildo Alonso de Toledo y los jueces Juan de Alvarado, Luís de León Romano y Juan de Villaseñor quienes tomaron el Valle de Guayangareo y fundaron la mencionada ciudad: En el Valle que se dice de Guayamgareo, de la provincia de Mechoacán de esta Nueva España, encima de una loma llana e grande del dicho valle que está entre dos ríos, por la una parte hacia el sur el río que viene de Guayangareo, y por la otra parte hacia el norte el otro río grande que viene de Tiripetío, en miércoles diez y ocho días del mes de Mayo, año del nacimiento de nuestro Salvador Jesús Cristo de mil quinientos é cuarenta é un años, podía ser á hora de las ocho antes de medio día… para asentar y poblar la Ciudad de Mechoacán é repartir los solares a los vecinos que son é serán de aquí en adelante, con huertas é tierras para hacer sus heredades y granjerías, como su Señoría Ilma. Les es mandado, y en cumplimiento de ello se apearán de sus caballos en que venían, é se pasearon por el dicho sitio de Ciudad de una parte a otra, hollándola con sus pies é cortando con sus manos las ramas é yerbas que allí había é mandado a ciertos naturales limpiar el asiento de plaza, Iglesia, Casa de Cabildo é Audiencia é Cárcel é carnicerías todo en señal de verdadera posesión de Ciudad De Mechoacán, todo pacífica y quietamente sin haber ni parecer persona alguna que lo contradixiese ni perturbase…

Aunque la ciudad se cambió de lugar, los poderes civiles y eclesiásticos siguieron en Pátzcuaro, hasta poco después de la muerte de don Vasco en que se trasladaron a Valladolid el 25 de diciembre de 1575, cuando por Cédula Real pasaron el Ayuntamiento de Michoacán y la sede de Justicia, a Valladolid. Para 1580, el Obispo Juan de Medina Rincón trasladó la sede de la diócesis de Pátzcuaro y el Colegio de San Nicolás Obispo, que fuera fundado por Tata Vasco. La ciudad empezó a progresar aceleradamente, surgieron hermosos edificios civiles y eclesiásticos, como la Catedral en 1660 y el primer acueducto que dirigió, en 1657 don Lorenzo de Lecumberri. 

Don Vasco de Quiroga, quien no estaba de acuerdo con lo sucedido, protestó ante el papa porque su autoridad de obispo había sido menoscabada, y en 1547, viajó hasta Europa para presentar una apelación ante la corte. Sin embargo nada pudo lograr, pues las circunstancias le fueron adversas al principio, y cuando ya creía haber conseguido su propósito, murió y quedó vacante su puesto durante cerca de dos años, cuando le sucedió don Antonio Morales de Molina, quien ya no continúo la tarea de Tata Vasco. En 1553, (otras fuentes mencionan el 19 de septiembre de 1537), las autoridades reales otorgaron un escudo a la ciudad, por Cédula Real. 

Por tanto problema como había con la decisión de cuál sería la ciudad a pesar de las cédulas reales, durante el siglo XVI, la ciudad no creció mucho. Para 1580, tan solo había en ella diez casas de españoles, y los conventos de San Francisco y San Agustín. El obispo Quiroga dijo que en 1545, los habitantes eran 30, pero que de ellos la mitad se había ido a vivir a sus haciendas La traza corrió a cargo de don Antonio de Godoy y del alarife Juan Ponce, quien con seiscientos pesos oro levantó las primeras casas.

MANUAL BÁSICO PARA COMER TACOS

 MANUAL BÁSICO PARA LA DEGUSTACIÓN DE LOS TACOS DE MÉXICO
 ¿Dónde y cómo degustar los tacos?
Descripción:                                                            photo_550
 
Índice
 
                                     Capítulo I : CÓMO ESCOGER EL LUGAR ADECUADO 
                                     Capítulo II:  DE LA APARIENCIA DEL TAQUERO
                                     Capítulo III: DE LOS CHALANE
                                     Capítulo IV: DE LOS COMENSALES
 
Descripción:                                                            taquero
 
Capítulo I (Básico): CÓMO ESCOGER EL LUGAR ADECUADO 
 
Descripción:  PUESTO_DE_TACOS_XOCHIMILCO
 
1.- Para una correcta selección es indispensable aplicar una fórmula democrática:
"A más gente presente, mejor sazón". 
2.- Se necesitan por lo menos 2 perros callejeros merodeando el lugar 
para validar que no nos estamos almorzando comunitariamente a otro perro, 
en base a la premisa fundamental: "Perro no come perro". 
3.- No importando la movilidad del local éste debe contar con el único y sensacional  "Mexican waterproof biological flys killer" o sea la bolsita con agua (que no sabemos cómo, pero dizque exorciza a las moscas).

4.- El lugar de las salsas debe estar visible, adecuadamente abastecido y 
a la mano de todos los comensales.  Adjunto debe encontrarse harto limón para vacunar cada taco. 

5- El puesto debe ubicarse en crucero peligroso, a la salida del metro, en paradero de camiones, frente a un hospital o algún otro lugar con los IMECA's necesarios. 

6.- Debe contar con el "trapito de la muerte", instrumento multiusos indispensable para  limpiar de manera eficiente y práctica los platos en donde se sirven los tacos, así como  las manos de los responsables de cobrar el nutritivo consumo. 
7.- Y of course: Cocas frías a discreción sumergidas en tina metálica con trozos de hielo.
 
Capitulo II:  DE LA APARIENCIA DEL TAQUERO
 
Descripción:                                                            fototacos

 
1.- El taquero debe ser una persona madura, de estómago prominente, preferentemente con bigote para demostrar que es M&M (Mexican Macho). 

2.- Debe ser diestro en el manejo del cuchillo para 
     partirle la mandarina en gajos a la carne en cuestión. 

3.- Debe también ser siniestro (con la izquierda) rete hábil para el volteo de las tortillas 
     (previa unción de aceite girasol, colesterol free). 
4.- Debe tener memoria prodigiosa para el conteo per cápita de tacos digeridos. 

5.- Debe tener la capacidad para delegar a sus chalanes (por lo menos uno) labores secundarias. 

6.- Debe portar un mandil blanco (indispensable) para que saques conclusiones sobre la higiene del establecimiento según lo percudido del mandil.

7.- Debe cubrir con gorrito blanco su cabeza para que te sientas seguro de que no encontrarás ningún cabello en el manjar que estés degustando.
 
Capítulo III: DE LOS CHALANES

 Descripción: taquero                                                            skills
1.- Deben portar también mandil blanco, pero no necesariamente bigote 
     (recuerda que son aprendices de taquero). 
2.- Su único talento natural es la fácil identificación y viboreo de 
     wonderful mamacitas. 

3.- Tienen apodo como Cuñado, el Chino o el Güero. 

4.- Su única preocupación es la alineación del América o el resultado del clásico, 
     su literatura básica son todas las historietas de El Libro Vaquero y Sensacional de Traileros, que hojean mientras la clientela no requiere de su asistencia. 
5.- Su función es recoger platos, cortar limones, cilantro y cebolla además de 
     destapar refrescos después de cuatro solicitudes de los comensales. 
6.- Se saben de memoria el menú, aunque después salen con su tarugada de que:           
                                "ya no hay de suadero".
 
Capítulo IV: DE LOS COMENSALES

 
 Descripción:  http://soundbites.typepad.com/photos/uncategorized/tacos1.jpg

1.- Cualquier mexicano, que se precie de ser mexicano es un experimentado 
     consumidor de tacos, porque el taco es un mal que no respeta sexo, raza,
     edad, estado civil, religión ni condición social. 
2.- Un buen comensal siempre pregunta antes que nada: 
     "¿De qué tienes (gallo, paisa, cuñao, mai, primo)?" 
     Acto seguido revisa las viandas y toma su decisión solo hasta corroborar 
     que algún otro comensal da su "ok" pidiendo otro más de tripa. 

3.- Los comensales que vienen juntos siempre hablan en clave entre 
    ellos para que los demás comensales no les entiendan, 
    sin importar que a los demás comensales les valga madre su plática.
  

4.- Un buen comensal debe ser gandalla con todos los demás comensales,  a menos que la otra comensal sea una mami, en cuyo caso deberá ceder su lugar y pasarse para atrás con el propósito de atascarse de tacos de tripa pero también de ojo.
      
5.- Un buen comensal debe ser un gran estratega; debe apañarse un lugar tan cerca de las salsas que las alcance con una estiradita de mano, pero tan lejos para que los que se salpiquen y se manchen sean los otros.
 
6.- Un comensal experimentado es aquél que sostiene el taco sólo con tres dedos, el pulgar el índice y el dedo medio, manteniendo los otros dos dedos con una separación angular de 30 grados entre sí. 

7.- Un buen comensal no pide perdón, pide más tacos  y de dos en dos para que no se enfríen... 
8.- Y por último un buen comensal no estará satisfecho si no se echa a la panza mínimo 10  tacos, aaaaaahhh!!!!, pero eso sí, con su coca "light" o "zero" pa' la dieta!
 
Descripción:                                                            salsa
 
NOTA:
 Este Manual Básico es producto de una ardua labor de investigación gastronómica. Si cuentas con información relevante y que crees que le haga falta a este Manual por favor agrégala.
 
Te recomiendo enviarlo a todos tus contactos para que aprendan de nuestra  amada gastronomía callejera y si sabes de algún turista extranjero que nos visite, proporciónaselo,...!para que viva la mejor experiencia de su vida!
 
 

miércoles, 21 de mayo de 2014

EL ÁGUILA Y EL NOPAL



Cuaucóhuatl y Axolohua fueron pasando y miraron mil maravillas allí entre las cañas y las juncias. 

Ese había sido el mandato que les dio Huitzilopochtli a ellos que eran sus guardianes, eran sus padres los dichos. 

Lo que les dijo fue así: -“En donde se tienda la tierra entre cañas y entre juncias, allí se pondrá en pie, y reinará Huitzilopochtli”-

Así por su propia boca les habló y esta orden les dio. 

Y ellos al momento vieron: sauces blancos, allí enhiestos; cañas blancas, juncias blancas, y aun las ranas blancas, peces blancos, culebras blancas: es lo que anda por las aguas. 

Y vieron después donde se parten las rocas sobrepuestas, una cueva: cuatro rocas la cerraban. Una al oriente se ve, nada de agua tiene, es sin agua que se agita.

La segunda roca de la cueva ve al norte: se ve que está sobrepuesta, y de ella sale el agua que se llama agua azul, agua verdosa. 

Cuando esto vieron los viejos se pusieron a llorar. 

Y decían: -¿Con que aquí ha de ser?-

Es que estaban viendo lo que les había dicho, lo que les había ordenado Huitzilopochtli.

Es que él les había dicho: 

-“Habéis de ver maravillas muchas entre cañas y entre juncias”-

¡Ahora las estamos mirando –decían ellos– y quedamos admirados!

¡Cuán verdadero fue el dicho, bien se realizó su orden! 

Van a buscar a los mexicanos y les dicen:

-“Mexicanos, vamos, vamos a admirar lo que hemos contemplado. Digamos al
Sacerdote: él dirá qué debemos hacer”-

Fueron a Temazcatitlan y allí se detuvieron. Por la noche vinieron a ver, vieron a mostrarse unos a otros y era el sacerdote Cuauhtlaquezqui, que es el mismo Huitzilopochtli.

Dijo él: -Cuaucóhuatl, ¿habéis visto allí todo lo que hay entre cañas y juncias?-

¡Aún resta ver otra cosa! 

-No la habéis visto todavía-

-Id y ved un nopal salvaje: y allí tranquila veréis un águila que está enhiesta. Allí come, allí se peina las plumas, y con eso quedará contento vuestro corazón: ¡allí está el corazón de Copil que tú fuiste a arrojar allá donde el agua hace giros y más giros! Pero allí donde vino a caer, y habéis visto entre los peñascos, en aquella cueva entre cañas y juncias, ¡del corazón de Cópil ha brotado ese nopal salvaje! ¡Y allí estaremos y allí reinaremos: allí esperaremos y daremos encuentro a toda clase de gentes!-

-Nuestro pechos, nuestra cabeza, nuestras flechas, nuestros escudos, allí les haremos ver: a todos los que nos rodean allí los conquistaremos! Aquí estará perdurable nuestra ciudad de Tenochtitlán! El sitio donde el águila grazna, en donde abre las alas; el sitio donde ella come y en donde vuelan los peces, donde las serpientes van haciendo ruedos y silban! ¡Ese será México Tenochtitlán, y muchas cosas han de suceder!”-

Dijo entonces Cihuacóatl: -¡Muy bien está mi señor sacerdote: ¡Lo concedió tu corazón: vamos a hacer que lo oigan mis padres los ancianos todos juntos!- 

Y luego hizo reunir a los ancianos todos Cuauhcótal y les dio a conocer las palabras de Huitzilopochtli. 

Las oyeron los mexicanos. Y de nuevo van allá entre cañas y entre juncias, a la orilla de la cueva. 

Llegaron al sitio donde se levanta el nopal salvaje allí al borde de la cueva, y vieron tranquila parada el Águila en el nopal salvaje: allí come, allí devora y echa a la cueva los restos de lo que come. 

Y cuando el Águila vio a los mexicanos, se inclinó profundamente. 

Y el Águila veía desde lejos. 

Su nido y su asiento era él de cuantas finas plumas hay: plumas de azulejos, plumas de aves rojas y plumas de quetzal. 

Y vieron también allí cabezas de aves preciosas y patas de aves y huesos de aves finas tendidos en la tierra. 

Les habló el dios y así les dijo: 

-Ah, mexicanos: aquí sí será! ¡México es aquí!- Y aunque no veían quién les hablaba, se pusieron a llorar y decían: -¡Felices nosotros, dichosos al fin: hemos visto ya dónde ha de ser nuestra ciudad! ¡Vamos y vengamos a reposar aquí!-