martes, 25 de febrero de 2014

EL MITO DE KEB Y NUT Y EL CALENDARIO EGIPCIO



Cuenta la mitología Egipcia que al principio de los tiempos el año contaba solo con 360 días, pero esto cambió cuando Itemu descubrió que Nut, diosa del cielo y de los astros, y Keb dios de la tierra, ambos nietos de Itemu, vivían una pasión prohibida que los unió de tal modo que el mundo se quedó sin aire.

Itemu ordenó entonces a su hijo Shu, padre de los amantes y dios del aire y de la luz, que los separara fuera como fuese. Y shu encontró una forma: levantando la cabeza y el cuerpo de Nut, para que esta no pudiera acercarse a su hermano. Así Shu, la atmósfera separó a Nut el cielo de Keb dios de la tierra.

Pero Nut ya estaba embarazada, así que el enfado de Itemu se hizo mayor y prohibió a la diosa dar a luz a su hijo dentro de cualquiera de los 360 días del año.

Pero he aquí que apareció Dyehuti, dios de la sabiduría y que además poseía control sobre el tiempo, hijo a su vez de Itemu, y quiso ayudar a Nut por la que sentía gran afecto.

Cuentan entonces que Dyehuti retó a Jonsu dios de la luna a un juego en el que el premio para el vencedor era el tiempo. Fue así como logró ganar cinco días, para que Nut engendrara a sus hijos, días que como no estaban dentro de los 360, permitían a Nut liberar su vientre sin quebrantar la prohibición de Itemu. Así fue como de una incestuosa unión, nació Osiris, Set, Horus, Isis y Neftis.

Y así fue como el calendario pasó de 360 a 365. Y así también fue como al primer mes del año se le llamó Dyehuti.

Por su parte también cuentan que el dios Jonsu quedó tan desfallecido que es por ello que solo una vez al mes puede brillar con total intensidad. El resto del ciclo lunar, lo único que puede hacer es recuperarse poco a poco hasta que nuevamente pueda destacar en el cielo nocturno, cuando aparece como luna llena.   


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