domingo, 14 de septiembre de 2014

Y TÚ, ¿YA DISTE GRACIAS?



Hoy hago un inventario de mis bendiciones y mientras muchos se detienen a pensar en aquello que no poseen, quiero agradecer por todo lo que he recibido y no añorar por lo que he carecido. Se me ha dado un día más de vida, respiro, camino, tengo manos con las que abrazo, construyo, trabajo, escribo. Hay tantos que no tienen esa oportunidad, poseen sus días contados, amenazados por una enfermedad Terminal; y qué decir de aquellos que sin extremidades superiores o inferiores, dan al mundo una lección de superación, nada los detiene, descubren en sí mismos el amor y la perfección de Dios.


Hoy me siento feliz por contemplar tantas maravillas que me rodean y que a diario me he de encontrar, la diversidad de la naturaleza, los rostros de los seres que más he de amar, el camino que recorro, la sonrisa de los niños, el sol, la luna, las estrellas y hasta más…


Pido perdón por las veces que cayendo en la rutina, no me doy cuenta de todo ello y me pasan por desapercibido, me dejo envolver por la cotidianidad, mientras hay tantos que darían la vida por ver así sea una flor por un instante y poder salir así sea un segundo de su eterna oscuridad.


Qué hermosa bendición es percibir la música, el roce de las hojas, el rugir de las olas del mar, el canto de aquel pajarito que diariamente me regala su melodía, aunque se confunda entre todas las voces que rompen el silencio del tiempo y la eternidad. Hoy también tengo la oportunidad de moverme, valerme por mí mismo, caminar y aunque en ocasiones pueda sentir dolores, o percibir de mi cuerpo su fragilidad en la enfermedad; sigo vivo, mi corazón sigue latiendo, he ahí la mayor prueba de que permanezco, estoy luchando y venciendo.


Miro a mi alrededor y observo en el libro de mi historia personal los nombres de tantas personas que han quedado grabados en mi alma, por lo que le han aportado a mi vida, por los momentos compartidos, por adornar mi existir y hacerme sentir la maravillosa experiencia de tener familia, maestros y amigos con ellos he reído y llorado, quizás algunos se han ido, han dejado páginas inconclusas, me habrán herido, pero a través del dolor logro saber lo que realmente significa la amistad y el amor, le dan sentido a esos sentimientos, le ponen color y sabor. ¿Qué más puedo hacer? Agradecer el que existan personas que hagan estremecer y hacer sentir vivo a mi corazón.


Tengo tanto que no logro terminar nombrar y de dar gracias a Dios, porque además de todo eso, no me falta techo, vestido ni pan; disposición y talento para trabajar, creatividad para el arte, capacidad para crear, todo se me ha dado de gratis, tan solo porque Dios me ha de amar y si no tuviera algo de todo eso sé que poseo lo más importante, como la oportunidad de vivir un día más, eso me basta, con ello siento que he vencido, que no he renunciado a pesar de cualquier momento que me haya estremecido; nada me puede detener, si tengo fe y me dejo mover por la fuerza del amor, disfruto y aprovecho todo lo que a diario recibo, vivo en paz con Dios mi Creador, el cosmos, la humanidad y conmigo.


Y al pensar así sea un instante en lo que me hace falta, siento más emoción en el alma porque redescubro que al no tenerlo todo, puedo soñar y luchar por hacer mis sueños realidad. ¡Qué gran aventura!


¿Qué más puedo pedir? GRACIAS DIOS MIO POR TODO ESTO Y MUCHO MAS.

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