lunes, 13 de octubre de 2014

LA PIEDRA LARGA



A dos kilómetros del rancho llamado Agua de los López, en Baja California, se encuentra una formación rocosa a la que se denomina La Piedra Larga.

El lugar donde se halla dicha piedra fue antaño un centro ceremonial que los indios Guaycuras utilizaban para rendir homenaje a su dios Guamongo.

En este sagrado sitio, el guama, el hechicero de la tribu, llevaba a cabo las ceremonias correspondientes para lograr los favores del dios máximo del grupo.

En el año de 1533, llegaron a Baja California los invasores españoles comandados por Fortún Jiménez. A fin de ponerse a salvo, los guaycuras se refugiaron en la sierra.

Alrededor de La Piedra Larga, el guama realizaba ritos y ceremonias para que los españoles no destruyeran sus tradiciones y dieran fin a su religión y a sus dioses.

El guama pedía a Guamongo que enviase terribles enfermedades a los hispanos y que les dieran muerte.

Los conjuros dieron resultado, pues por ciento sesenta y cinco años los indios guaycuras, así como sus compañeros de territorios los Pericúes y los Cochimíes, no fueron perseguidos por las numerosos expediciones que se llevaron a cabo en la península con el fin de colonizarla.

Expediciones que estuvieron al mando de Hernán Cortés, Francisco de Ulloa, y Sebastián Vizcaíno, entre otros más.

Cuando en 1697, la catequización se implantó en la península y proliferaron las misiones, el dios Guamongo continuó recibiendo sus ritos en La Piedra Larga durante muchos años más.

Aún hoy en día, después de cinco siglos, se recuerda a los indios guaycuras y sus suplicantes ritos, pues la leyenda nos cuenta que durante la luna llena, a la media noche, se ven figuras danzando y cantando alrededor de las Piedra Larga que no son otros sino los antiguos adoradores del dios Guamongo.

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