miércoles, 9 de septiembre de 2015

PIKIT Y SAC MUYAL



Una muchacha maya llamada Pikit, Abanico, un día se fue a pasear a las orillas de la selva.

De repente le salió Sac Muyal y, sin pensarlo dos veces, se la raptó. 

Ki’ikmakkun, Alegría, era el novio de la muchacha, y al no encontrarla en todo el día, temió lo peor y fue en su búsqueda.

En sus andares por el campo se encontró con una Serpiente que le dijo que si le sacaba sangre y se la bebía lo ayudaría a encontrar a la joven.

Caminaron ambos, pero la Serpiente se quedó dormida y el joven tuvo que pegarle con un palo para que volviese a reptar.

Poco después, se encontró con un monte al que no pudo subir; en eso se topó con una Anciana que le dijo que le arrancara un cabello y lo tirara para formar un camino por el cual podría subir el monte.

Así lo hizo Alegría y subió tranquilamente. Cuando llegó a las orillas de un lago en la cima del monte, salió un Venado que le dijo que arrojase una piedra para poder cruzarlo; la aventó y, en seguida, se transportó al otro lado del lago.

Ahí se le apareció una hermosa águila que le indicó que se llevara una de sus garras. Al llegar a una anona, a Ki’ikmakkun le cayó una gota de savia en los ojos y quedó ciego.

En eso apareció un Escarabajo le dio una bolita de tierra y le dijo que se la restregara sobre los ojos. Hecho lo cual el muchacho recobró la vista.

Siguió su camino y llegó hasta una cueva donde se encontraban la Serpiente, la Anciana, el Venado, el Águila y el Escarabajo.

La Anciana dama tomó la palabra y le dijo que su viaje había terminado, que entrase a la cueva y ahí encontraría a Pikit.

Venado le ordenó que la tocase con la piedra, águila lo instó a que hiciese lo mismo con la garra, Escarabajo le recomendó frotarle la bolita de tierra por los ojos y, finalmente, Serpiente le aconsejó mojarla con el agua de la calabaza. Ki’ikmakkun hizo lo que le dijeron, y enseguida perdió el conocimiento.

Cuando al fin despertó, el joven tenía en sus brazos a Pikit la que había sido raptada por el horrible Sac Muyal, el espíritu malvado.

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