miércoles, 9 de diciembre de 2015

AHÍ VIENE EL COCO



¿Quién no ha sido amenazado siendo pequeño, por ese ser fantástico llamado El Coco? Pero, ¿quién es El Coco? Pues El Coco es un personaje fantasmagórico que existe en la tradición oral de casi todos los pueblos de América Latina y de España. En algunas partes del Cono Sur se le conoce como El Cuco; en Brasil recibe el nombre de Cuca, y en el Paraguay se la llama Cucú. En Cuba recibe el nombre de Cocorícamo; en Perú, se transforma en Cucufo. En México se le conoce con el temido nombre de El Coco; pero no en todo México, ya que  por ejemplo en Michoacán y Zacatecas se le llama Kukui. Pero llámese como se llame la principal tarea de El Coco consiste en asustar a los niños que no quieren dormirse, que se obstinan en desobedecer o que se portan muy mal: -¡Pedro, si no obedeces lo que te digo viene El Coco y te va a llevar!

Mucho se ha especulado acerca del nombre de El Coco, unos estudiosos dicen que procede del latín coquus, cocinero; otros que del náhuatl kojko, daño. Pero como El Coco suele representarse como un fantasma cuya cabeza es una calabaza vacía con tres orificios que hacen las veces de ojos y boca, el lingüista y filólogo catalán Joan Corominas deduce que los hombres del almirante Vasco de Gama, cuando conocieron el fruto de la palmera le llamaron “coco” por los tres hoyuelos que presenta en la parte superior que se asemejan a la cabeza de calabaza de El Coco. Recordemos que, popularmente, también se la llama a la cabeza “coco”: me duele el coco, te van a partir el coco, le patina el coco…

La referencia más antigua de la existencia de El Coco, se encuentra en el Cancionero de Antón de Montoro, poeta satírico judío probablemente nacido en Córdoba, España, que data de 1445. En él pueden leerse los siguientes versos:

Tanto me dieron de poco Que de puro miedo temo, Como los niños de cuna Que les dicen ¡cata el coco!

Por otra parte, la nana más antigua para dormir a los niños en la que se menciona a El Coco, proviene del siglo XII, como parte de una obra dramática titulada El Auto de los desposorios de la Virgen de Juan Caxés:

Ea, niña de mis ojos, Duerma y sosiegue, Que a la fe venga el coco, Si no se duerme.

Terminemos con unas palabras del estupendo poeta español Federico García Lorca, acerca de este intimidante personaje sin figura:

El Coco forma parte de ese mundo infantil, lleno de figuras sin dibujar, que se alzan como elefantes entre la graciosa fábula de espíritus caseros que todavía alientan en algunos rincones de España.





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