Pachuca de Soto es la ciudad
capital del estado mexicano de Hidalgo. Como toda ciudad que se precie, Pachuca
cuenta con una rica tradición oral, de ahí proviene una antigua leyenda que
narra las atrocidades cometidas por una mala mujer.
En las afueras de la ciudad
de Pachuca, vivía un matrimonio.
La madre del hombre vivía en
la misma casa, pues sobraba lugar, ya que los esposos no tenían hijos y la
morada era amplia.
El hombre era muy
trabajador, tal vez con exageración, y se iba a sus labores al campo.
Vivía el matrimonio en una
relativamente humilde pero bonita casa, que se encontraba localizada cerca de
un barranco.
Debido a su trabajo, el
marido pasaba bastante tiempo fuera del hogar, pues aumentaba sus ingresos
yendo a trabajar en la extracción de minerales, o acudiendo como peón a ayudar
a levantar cosechas.
La mala mujer no estaba
conforme con su situación económica ni por las frecuentes salidas de su esposo
que hacía lo que podía para llevar más dinero a la casa.
La mujer era ambiciosa y
deseaba vivir rodeada de lujos que el marido no podía darle. Por esta razón
odiaba profundamente al humilde esposo.
Como venganza, la señora
decidió tener muchos amantes que compensaran su soledad y su pobreza.
De los adulterios que
cometía la tal mujer, la suegra se daba cuenta y se lo reprochaba, pero la
infiel no la tomaba en cuenta y disfrutaba insultando a la pobre vieja.
La atribulada madre amenazó
a su nuera con contarle todo a su hijo.
La mujer decidió matarla. Al
servirle la cena, echó en sus frijoles veneno para ratas. A las pocas horas la
suegra pasaba a mejor vida.
Mientras pensaba como
deshacerse del cadáver, llegó el esposo y le mostró una carta que le había
escrito su madre contándole el delictuoso comportamiento de la nuera.
Al ver el cadáver de su
anciana madre, no dudó de que la había matado la cruel adúltera, quien, presa
de pánico, huyó corriendo por la oscuridad.
Como era noche cerrada, no
vio la orilla del barranco y cayó, para morir padeciendo fuertes dolores.
Desde entonces, por las
noches se escuchan en el barranco y sus alrededores los lamentos de la mujer
que murió como castigo a sus ambiciones y a su infidelidad.
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