miércoles, 2 de marzo de 2016

CON LOS ARCANOS DEL MÁS ALLÁ, NO SE JUEGA



En la Villa de Santiago de Galicia de Compostela de Indias, en el estado de Nayarit, fundada por el español Cristóbal de Oñate, se encuentra situada la parroquia de Santo Santiago Apóstol, también conocida como templo del Señor de la Misericordia.

En este recinto sagrado sucedió hace ya algunos años, un hecho espeluznante que se ha convertido en leyenda.

Un cierto día, un señor llamado Elías y su amigo un doctor, estaban en el coro del templo ensayando una canción para la misa del día siguiente.

Estaban muy tranquilos platicando en un alto que hicieron para descansar, cuando de pronto sintieron que algo se movía cerca de ellos, y que sus cabellos se erizaban, al tiempo que algo muy frío les recorría por la espalda.

Voltearon hacia la puerta del coro y vieron a un padre decapitado, vestido con hábitos antiguos, de la Colonia.

El señor y el doctor cerraron los ojos y se pusieron a rezar todas las oraciones que se les ocurrieron.

Cuando terminaron y abrieron los ojos, el fraile había desaparecido.

Cuando los asustados hombres regresaron a sus casas, le contaron a todos lo que les había ocurrido.

Todo el pueblo se enteró de lo que les había pasado, y todos estaban muy asustados.

Todos, salvo un grupo de bromistas que decidió sacar provecho de lo acontecido.

Los jóvenes que componían el grupo, decidieron esconderse en el templo por la tarde y nochecita, y asustar a los fieles que entraban a rezar.

Uno de ellos se puso un hábito de fraile que caía desde la cabeza, y era el encargado de asustar a las pobres personas que llegaban hasta a enfermarse del sustote que se llevaban.

Un día a las ocho de la noche, estaban los jóvenes en el templo realizando su pesada broma, cuando de pronto sintieron escalofríos y una terrible sensación de miedo, todos ellos, que eran cinco, voltearon hacia el coro y vieron la imponente figura de un fraile decapitado. Ante tan espantosa aparición los cinco cayeron muertos de terror.

Al siguiente día, el sacristán encontró sus cuerpos ya tiesos y con muecas de pánico en el rostro.

Al lado de ellos, se encontraba pintado en el suelo un recado escrito con sangre que decía: “¡Con los arcanos del Más Allá no se juega!”

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