Esta leyenda me la contó mi
abuelita cuando yo era chica. Me dijo que en el centro del pueblo donde vivo,
en Matehuala, vivió una muchacha que era famosa por su belleza y donaire, todos
la admiraban, hombres y mujeres por igual.
Un día hubo un baile, lo
cual no era nada extraño pues muy frecuentemente se realizaban bailes en el
pueblo, era una de las diversiones favoritas, pues no había muchas.
La joven, que por cierto era
coqueta y muy vanidosa, y gozaba con la admiración que provocaba en los
hombres, asistió al baile, pues no era partidaria de perderse ninguno.
Mi abuelita también asistió
a ese baile, y presenció lo ocurrido.
La muchacha tenía un
pretendiente, se trataba de un joven muy guapo de facciones perfectas, pelo
negro y ojos de moro.
El baile estaba muy animado,
muchas jóvenes asistieron, todas coqueteaban con los muchachos, todo era alegría.
En un momento dado entró un
joven desconocido, nadie lo conocía, pero todos admiraron su belleza que era
realmente impresionante, se comportaba como todo un caballero.
A la bella muchacha le
encantó desde que lo vio y deseo estar con él, olvidándose de su atractivo
pretendiente. El recién llegado la sacó a bailar.
En el centro del salón la
pareja lucía majestuosa, bailaban y daban vueltas al ritmo de un vals, todos la
veían.
Cuando terminó la pieza,
ella le dijo al hombre que deseaba bailar con él toda la noche. Lo acaparó y
ninguna de las otras muchachas pudo bailar con el apuesto caballero.
Bailaron toda la noche,
giraban, daban vueltas, reían; pero de repente la muchacha empezó a sentir
mucho calor y cayó al suelo cuan larga era.
Todos los asistentes
acudieron a ver lo que le había pasado, nadie vio al desconocido, al observar a
la joven se dieron cuenta que en su espalda tenía estampado el
dibujo de las manos de su pareja, la quemada era muy fuerte; en sus ojos había
quedado un brillo rojo que la afeaba completamente. Así se quedó para siempre,
quemada de la espalda y con los ojos horripilantes.
¡El bello joven con el que
había bailado era nada menos que el Diablo que se la quería llevar!
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