lunes, 23 de mayo de 2016

LA VELA



Una leyenda de Córdoba, Veracruz, narra que hace mucho tiempo vivía en la ciudad una rica familia integrada por los padres y una pequeña hija.
La casa en que vivían era muy lujosa, y por supuesto contaban con un buen número de servidores.
Una noche en que la niña se encontraba durmiendo en su recámara, la despertaron unos ruidos provenientes del pasillo.
La pequeña se levantó  con la intención de ver qué producía esos ruidos. El pasillo era largo y muy oscuro y el suelo era de losetas.
Cuando la niña se acostumbró a la oscuridad, vio que al fondo del corredor estaba un niño que levantó una de las losetas e introdujo algo en el hueco.
La infanta pudo darse cuenta que lo que el niño había metido en el hueco del suelo, que era grande, eran muchas monedas de oro.
Cuando el niño se retiró, la niña vio que una criada, que llevaba una vela en la mano, se había dado cuenta de que un niño había guardado monedas debajo de una loseta.
Quiso aprovecharse de la situación y le dijo a la pequeña que no le dijese a nadie lo que había visto.
Todas las noches la criada y la niña iban a la loseta, la abrían, la criatura se metía en el agujero, sacaba monedas de oro y se las entregaba a la criada, que seguía alumbrándose con la misma vela, la cual cada día se hacía más corta. 
Una noche en que estaban hurtando monedas, la vela empezó a parpadear como queriendo apagarse, y la doméstica le dijo a la niña que se saliera del hueco. Obediente, abandonó el escondite.
Al hacerlo una moneda cayó al agujero y la pequeña quiso recogerla y se metió de nuevo al hoyo.
La criada le decía que se regresara, que no valía la pena recuperar una moneda si ya tenían muchas, pero la chica se empeñó en buscarla, y la vela se apagó.
En el mismo momento en que la vela dejó de iluminar la escena, la loseta cayó en su lugar y el agujero quedó tapado con la niña adentro.
La criada nunca les dijo a los padres lo que había ocurrido. Los progenitores, desesperados, la buscaron por toda la casa y la ciudad y nunca la encontraron. Al paso del tiempo los padres murieron.
La conseja popular dice que desde entonces en la casa se escucha los gritos de la niña pidiendo auxilio para que la saquen del escondrijo.
Muchas veces los vecinos al oír los gritos han acudido con la policía, pero no han encontrado nada.
Solamente han podido ver una vela consumida en el centro de una loseta del piso del pasillo.



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