martes, 27 de septiembre de 2016

LA LAGUNA DE MARÍA



Una leyenda de Colima nos cuenta que hace muchos años vivía un matrimonio que no tenía hijos.
La esposa, de nombre María, era sumamente hermosa, y estaba por completo dedicada a las labores del hogar.
Por su parte, el marido trabajaba realizando las faenas del campo.
Cerca de la casita en donde vivían se encontraba una hacienda grande y bien cuidada.
En cierta ocasión, los dueños de la hacienda organizaron un baile y decidieron invitar a sus amigos y a los vecinos que habitaban relativamente cerca de la haciendo.
Sin embargo, el esposo de María tomó la decisión de no acudir al festejo, ya que consideraba que los dueños de la hacienda no eran sus amigos y pertenecían a otra clase social.
Pero como el hombre era muy educado, pensó que sería correcto ir a la hacienda para avisar a los dueños que no podrían ir y darles las gracias por la invitación.
Salió de su casa con el propósito de regresar inmediatamente que hubiese cumplido con la tarea.
Dio un beso en la frente a su mujer, y echó a caminar por un sendero. María se quedó en casa esperando el regreso de su amado. Pero el tiempo pasó y el hombre no regresaba.
Ya hacía cinco horas que el marido había partido. La mujer estaba muy preocupada y muy celosa, y se imaginaba lo peor. ¿Con qué mujer se habría ido su hombre?
En su terrible desesperación, María invocó al Diablo para que le trajera a su esposo a cambio de su alma.

El Diablo apareció de pronto, y muy contento,  se llevó a la mujer celosa. La mató y la metió en una fosa cerca de su casa.

Al poco rato el marido regresó y no encontró a María, la buscó y, ante el fracaso de su búsqueda, decidió pedir la ayuda de los vecinos.

Uno de ellos descubrió la fosa donde el Diablo había enterrado a la muchacha, la abrieron pero dentro no había nadie, pues el Diablo se había llevado el cuerpo a una laguna cercana.

Nunca más la volvieron a ver. Pero la laguna recibió desde entonces el nombre de Laguna de María, por instancia y órdenes subliminales del Chamuco.

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