domingo, 22 de julio de 2018

LA FUERZA ESCONDIDA




Porque existen momentos en los que aún en medio del vacío y la soledad, tenemos la certeza de que en algún lugar, se halla alguien que a nuestro lado está. Y a pesar de sentirnos agotados, casi rendidos, entre tanto dolor; nos seguimos manteniendo en pie, sin retroceder, ni el camino abandonar ; no obstante humanamente creyendo no poder más; no sabemos de dónde nos viene esa fuerza que no nos deja desfallecer ni renunciar.

Ahí, entre tantas preguntas sin responder; con la mente en caos y el corazón destrozado; porque nos pasan muchas cosas a la vez, que llegamos a sentir que Dios nos ha olvidado y abandonado; continuamos el camino, luchando por no dejar de creer ni perder la fe, en el amor del Padre que nos ha creado, el Hijo que nos redimió y el Espíritu que con su ímpetu nos mantiene firmes y renovados.

Son muchas las veces que no sabemos cómo, pero seguimos andando; estamos rotos en pedazos y el corazón continúa creyendo y amando; ¿De donde nos viene esa impulso que nos permite seguir viviendo, aunque sintamos por dentro que estamos muriendo?

Porque aún después de superar un instante de dolor, nos sentimos más fortalecidos; y aunque todo parezca oscuro, caminamos con tanta  firmeza como si la luz no hubiésemos perdido, somos capaces de levantarnos una y otra vez, todas las veces que hemos caído, es quizás porque no obstante solo veamos un par de huellas en la arena, desolados no hemos estado; el Amigazo, en sus brazos nos ha llevado, su amor es el que nos ha guiado y sostenido; aunque no lo veamos, lo neguemos o por nuestra propia fragilidad, no lo sintamos.

¿Qué más pruebas pedimos que Dios existe y que tanto nos ha amado?¿No es suficiente creer simplemente al abrir los ojos cada día y sentir que seguimos viviendo y andando, a pesar de nuestra fragilidad y de todos los momentos duros y difíciles que nos toque enfrentar, los que estemos asumiendo o los que ya hemos superado?

Por eso El llama Bienaventurados a los que creen sin haber visto; a los que lloran, caen, pierden, se sienten solos y siguen adelante, manteniendo viva la esperanza, dándose la oportunidad de vivir un día más con lo que venga; sin dejar de buscar ni esperar.

Eso que a veces no sabemos describir, ni de dónde nos viene, ni a dónde nos llevará; es el amor que Dios nos ofrece, es la fuerza escondida que le pone un toque de Divinidad a nuestra humanidad.


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