viernes, 27 de julio de 2018

UN TORO NEGRO




En Montemorelos, al igual que en otros municipios de Nuevo León, cada vez que celebran la fiesta del pueblo también hay bailes y eventos culturales. Juana Torres asistió a uno de esos bailes en el rancho de Nogalitos acompañada de su hermano, era común que las jovencitas asistieran acompañadas de sus hermanos para cuidarlas.
Juana era muy coqueta y tenía muchos pretendientes que buscaban bailar con ella esa noche. Entre ellos se encontraba uno de los peores enemigos de su hermano, pero a ella no le importó y aceptó salir a bailar con él. Por este motivo, los hermanos discutieron durante varios minutos hasta que decidieron irse para su casa. Juana se adelantó y caminó sola un largo tramo.
Cuando pasó cerca del panteón sintió que alguien venía detrás de ella, pensó que era su hermano que estaba jugándole una broma, pero al voltear no vio a nadie. Con un poco de miedo, la joven aceleró sus pasos pero ahora escuchó el sonido de unas herraduras pegar en el piso. Entonces Juana se dio la vuelta y vio un enorme toro negro correr enfurecido tras ella, el animal sacaba humo por la nariz y tenía los ojos negros.
La joven corrió con todas sus fuerzas, tropezó varias veces porque tenía unas zapatillas de tacón puestas, así que se detuvo un momento para sacárselas rápido. Durante un buen rato no volteó hasta que se alejó por completo del panteón y el toro ya no la perseguía. Llegó muy agitada y asustada a su casa pero sus padres la regañaron porque no había llegado con su hermano. Ella les contó lo sucedido con el toro y sus padres le dijeron que en ese panteón hay un toro que se encarga de asustar a todos los que están fuera más allá de la media noche.
Todos dicen que ese toro aún se sigue apareciendo afuera del panteón del rancho de Nogalitos. Corretea a todos los que caminan por las noches solos, muchos aseguran que el enorme toro es el diablo que busca alcanzar y matar a todos los que están fuera de su casa durante la madrugada.


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