martes, 7 de agosto de 2018

EL CANDIL




En el estado de Guerrero, cerca de la costa grande, vivía María una mujer humilde que vivía de la venta de artesanías que ella misma realizaba. Tejía prendas y hamacas que vendía a los turistas que visitaban las playas de Guerrero. María era muy religiosa, y uno de sus sueños más anhelados era viajar a Italia para conocer al Papa.

Su abuela le había heredado unas monedas de oro que ella guardaba dentro de un saco debajo de su cama. Después de muchos meses ahorrando y sumando sus monedas de oro, la mujer se decidió a realizar su tan esperado viaje. En aquel entonces, no había carreteras ni transporte que conectara la costa grande de Guerrero. María se despertó desde temprano para poder caminar por toda la orilla de la playa hasta llegar a la ciudad de Acapulco.

La única forma que tenía la mujer de llegar a su destino era guiándose por medio de la espuma del mar. Ella tenía planeado caminar cerca de un día y medio para así llegar hasta las playas de Acapulco. Para no perder el camino también se acompañaba de la luz de un candil de petróleo. Pero a mitad del camino tuvo una desgracia que cambió su viaje por completo.

Unos hombres borrachos la atacaron cuando la vieron caminar sola sobre el mar. La asesinaron de una forma horrible y le robaron todo su dinero, incluyendo sus monedas de oro. Dicen que el cuerpo fue devorado por las olas del mar y nadie volvió a ver a María.

Pero cada noche, cuando la luz se oculta entre las nubes, se puede ver una mujer vestida de blanco salir desde la espuma del mar. Parece que sostiene un candil que ilumina con mucha fuerza que es visible desde la ventana de cualquier hotel cercano a Acapulco. Muchos dicen que esta mujer está en busca de cualquier hombre, que se encuentre a altas horas de la noche en la playa, para poder cobrar su venganza.


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