martes, 13 de noviembre de 2018

ACCIÓN DE GRACIAS POR LA VIDA




Hoy cuando elevo mi acción de gracias a Dios, por un año más de vida que me ofrece como su mayor regalo. Pienso en cada día vivido y hago inventario en todo lo que a lo largo de este tiempo he invertido y Dios me ha dado a su paso.

Doy gracias por mis padres, por todo lo que de ellos he recibido, por cada abrazo que me he permitido disfrutar, por los momentos compartidos y todo lo que por amor ellos me dan. Hoy, en los que hace 14 años mi padre no está y no comparte esta fecha tan especial; me doy cuenta que cada día que pasa no se vuelve a recuperar; por eso quiero aprender a invertir en tiempo de calidad, para quedarme con lo mejor que pude disfrutar y no lamentarme nunca de haber dejado pasar tantas bendiciones que Dios a través de ellos me da.

Doy gracias por mis hermanos, por los mejores años de infancia que juntos compartimos, por sus vidas, por sus hijos, mis amados sobrinos, guardo como tesoro los juegos y travesuras, los espacios en que podemos estar todos unidos y compartir lo vivido, hoy hago memoria de las historias que en mi se inmortalizaron y que hacen parte de lo más valioso que Dios en ellos me ha dado; agradezco por todo lo que sé que me han amado.

Doy gracias a Dios de manera muy especial por mis amigos, los primeras de mi infancia, también los de mi adolescencia, así mismo los del colegio, la universidad y la escuela de aviación, sin dejar por fuera los de mi adultez, ni los de internet; tantos amigos que han escrito conmigo paginas de mi vida, ellos que de uno u otro modo me han sabido acompañar, los que me han aceptado así tal como soy, sin preguntar, los que con su amistad me han dado fuerzas y luz para poderme superar.

Gracias Dios mío por mis hijos, esas que ya son hombres que a mis manos confiaste; por los que se abren a mí, por tantos que se dejan moldear y me ven más que como maestro, como su amigo, ellos me inspiran, me impulsan a crecer y sin darse cuenta me hacen ser mejor persona y le dan sentido a mi vida.

Doy gracias por mis pequeños nietos. Por tantos como yo que luchan por ser felices en la vida, por esos que se suben a la silla, por todos esos padres que descubren en sus hijos el premio mayor; por quienes me han leído o escuchado, por aquellos que desde lo que escribo y hablo me han admirado, también por todo lo que con esfuerzo he logrado; todos han sido motor en mi ardua labor.

Gracias por todas esas personas que en mí siempre han sabido creer y confiar; las que nunca me han medido, las que saben ver todo lo que puedo dar; esas que disfrutan de mi ser y hacer, tantos que valoran mi existir y ven más allá de mi pequeñez. Mis Maestros, mis compañeros, mis amigos y aquellos que estando conmigo saben todo lo que puedo ofrecer.

Gracias Dios por tantos regalos que desde siempre me das, gracias por hacerme sentir tan amado por ti, gracias por las bendiciones que en mis dones me permites explorar y brindar. Gracias por la fuerza, la inspiración, por no hacerme perder nunca ni la fe, ni la paz, ni la esperanza y mucho menos la ilusión.

Creo que en cada segundo vivido, mucho he invertido… y con cada año de vida que me permites celebrar, pienso en todo lo que he ganado, en los besos y abrazos, en las sonrisas, las aventuras, los logros, aún las caídas, tropiezos y trancazos, porque creo que al máximo he intentado disfrutar y valorar lo que en su momento he tenido; porque así es todo, nos viene un instante y en cuando menos lo pensamos nos toca soltar, y solo nos queda para siempre, lo que se supo aprovechar.

Dame fortaleza y sabiduría, para seguir invirtiendo en besos y abrazos cada día, en sonrisas, salud, libertad, en logros y sueños realizados, en corazones conquistado; quiero aprender a gozar del tiempo que con las personas que amo puedo estar; ayúdame a invertir en proyectos, intentos, pasos cortos con pisadas firmes que me harán llegar a donde sueño algún día saber llegar. Porque así, si el año que viene me permites celebrar un año más, tendré mucho más para agradecerte, a la vez que me sentiré feliz de experimentar, que no he vivido en vano, que recojo los frutos del esfuerzos de mis manos, y que todo ello que en mi camino he logrado y disfrutado, es por y para ti, mi Amado Padre.

Gracias porque sé que más que una mutación, un castigo o un error, me has creado con, por y para el amor. Por todo esto y por tantas cosas que no terminaría nunca de nombrar, en este año más de vida que me das, gracias, muchas gracias Dios mío, tu le das sentido a mi vivir.

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