viernes, 9 de noviembre de 2018

EL PRIMER PASO




Hay algo decisivo, a lo que algunos le temen, otros prefieren olvidarlo; hay quienes no piensan en ello, porque saben realmente lo implica asumirlo y realizarlo.

Es el primer paso, un acto de valentía, que demuestra la inmensa capacidad de amar, perdonar y luchar que tiene el que se atreve a darlo sin dejarse persuadir de "peros", miedos, orgullos, rencores y muchos otros sentimientos, que intentan evitar que se tome la decisión de avanzar, dando marcha a la realización de un sueño, al fortalecimiento de un sentimiento o la restauración de una relación de amor o de amistad.

Dar el primer paso, puede parecer algo muy sencillo, pero cuesta demasiado, sobre todo a la hora de perdonar; porque propiciar ese acercamiento, es considerado para muchos humillación y faltar a la propia dignidad; qué equivocados están los que creen que sanar heridas, reparar corazones o vivir en armonía y paz, minimiza el ser o les hará perder el valor que como personas han de tener; al contrario, es un acto que da testimonio de la grandeza de corazón e inmensa capacidad de amar.

¿Cuántas heridas innecesarias se agrandan en la soledad que se alimenta del tiempo que pasa, el silencio y el distanciamiento que duele y hasta mata? ¿Cuántas relaciones se han perdido, dejando corazones desfallecidos, que pierden la fe y la esperanza en el amor y la amistad; simplemente porque ninguna de las partes se atreve a dar el primer paso, pedir perdón o sencillamente perdonar? Todo sería distinto, se evitaría mucho dolor, tan solo si alguno se arma de valor y acaba con tanto orgullo y rencor.

¿Cuántas relaciones no pudieron resurgir, porque aunque ambos sintieron amor, ninguno de los dos se atrevió a expresarlo primero y dejarlo fluir? ¿Cuántas quedaron convencidos que no eran dignos de esa relación; estaban enamorados, tenían todo a su favor para hacer realidad ese sentimiento, pero lo dejaron muy escondido en lo más profundo del corazón?... Ese amor tan intenso se hubiera hecho realidad, llenándolos de alegría y de paz, si tan solo se hubieran dado permiso de expresarlo, sentirlo y hacerlo inmortal.

¿Cuántos sueños y metas se convierten en simples fantasías, que creemos imposibles de realizar; quizás porque sentimos que no somos capaces de reconocer nuestros muchos dones, dar el primer paso hacia el camino del éxito y de nuestra realización personal?... Cuántas obras inconclusas, historias sin terminar; cuadernos que nunca se han empezado a escribir, simplemente porque nos da miedo de comenzar y luego continuar.

Dar el primer paso, a la hora de reparar, sanar, perdonar, restaurar, recomenzar y hacer un sueño realidad; habla muy bien de quien se atreve a darlo, muestra su humildad, carisma e inmensa capacidad de amar y perdonar; este acto de valentía aunque parezca un gesto sencillo y sin trascendencia manifiesta el enorme valor que como ser humano tiene la persona que lo da; ese paso puede en determinado momento ser el que salva una relación, una ilusión, una vida, un sueño y hasta más.

Antes de darlo hay que pensar muy bien lo que se hará; porque hay quienes se dejan convencer más fácilmente de dar un primer paso equivocado, que en vez de llevarlo por el buen camino lo haga errar; así, la iniciativa tomada puede llegar a destruir en vez de salvar… ten presente que a la hora de discernir, hay que saber escuchar lo que realmente nos conviene y que no va en contra de nosotros mismos ni de los demás; para poder vivir así en armonía y paz siendo felices de verdad.

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