martes, 23 de septiembre de 2014

LA CRUZ MEXICA



A la cruz mexica la encontramos, principalmente, formando parte del llamado vulgarmente Calendario Azteca, o Piedra Solar como es su nombre correcto.

Se trata de un disco basáltico con inscripciones  que  relatan la cosmogonía de la cultura de los mexicas.

La Piedra tiene 3,60 metros de diámetro y 122 centímetros de grosor. Su peso es de 24 toneladas. En el centro de dicha Piedra se encuentra el dios del Sol, Tonatiuh, dentro del jeroglífico ollin, movimiento, el cual tiene la forma de una cruz.

Cada brazo de la cruz, representa a una de las cuatro eras o soles, por la que ha pasado la creación del mundo antes de llegar al actual, que conocemos como el Quinto Sol. Los brazos de la cruz son del mismo tamaño y cuadrados.

En el brazo superior de la derecha, se encuentre el día 4 Jaguar, que fue el momento en que terminó la primera era, misma que duró 676 años, y la cual diera fin a causa de monstruos que salieron a la tierra y mataron a las personas. Este brazo representa al elemento Tierra.

En el brazo que queda a la izquierda está el jeroglífico 4 Viento, símbolo de los huracanes que, después de 364 años, asolaron la Tierra, y convirtieron a los hombres en monos.

El brazo inferior izquierdo, 4 Lluvia, representa  la era que terminó debido a una lluvia de fuego; en este sol algunos hombres murieron y otros se volvieron guajolotes. Su duración fue de 312 años.

El brazo inferior derecho, 4 Agua, tuvo una duración de 676 años, mismos que terminaron a causa de torrentes de agua.

Los hombres que no murieron se convirtieron en peces. Entre los signos de los brazos: las eras, se encuentran los signos de los puntos cardinales: 1 Pedernal, 1 Lluvia, Xiuhuitzolli signo heráldico, y 7 Mono; o lo que es igual norte, sur, este y oeste, respectivamente. La cruz representa la totalidad del mundo.

Por otra parte, la ciudad de Tenochtitlán se encontraba trazada en forma de cruz, cuatro caminos principales la cruzaban y daban acceso a pueblos localizados fuera de la ciudad. La ciudad y sus edificios se conectaban con el cosmos de acuerdo a la salida y puesta del Sol, durante los equinoccios y solsticios; así nos informa Adrián Snodgrass en su artículo “La cruz espacio-temporal en la arquitectura mesoamericana” de su libro Time and Eternity:

El frente oeste del Templo Mayor, el templo principal del centro ceremonial de Tenochtitlán, la antigua capital azteca ahora cubierta por la ciudad de México, da la espalda a los siete grados y medio del sureste, que es la posición del sol equinoccial que aparece al amanecer entre sus dos templos, los cuales se alzan en la cima de una base piramidal.

Desde la base del templo circular de Quetzalcóatl, que está al oeste del Templo Mayor en una extensión de su eje este-oeste, un observador ve al sol equinoccial cuando se ha elevado a una altitud de 22º sobre el horizonte astronómico, enmarcado entre los dos oratorios en el Templo Mayor.

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