miércoles, 30 de diciembre de 2015

EL NIÑO FANTASMA



Esta escalofriante leyenda sucedió en un edificio que alberga oficinas, situado en la Avenida López Mateos en Aguascalientes.

El relato nos cuenta que en cierta ocasión una muchacha y un señor se quedaron a trabajar hasta pasada la hora de salida.

Se juntaron a las puertas del elevador y pulsaron el botón para bajar a la planta baja; pero en vez de ello, el ascensor subió al piso siguiente que se encontraba clausurado.

Ambos se extrañaron. Cuando llegó al piso cuarto, oyeron las risas de un niño y el sonido característico de que estaba jugando con una pelota. Las puertas de ascensor no se abrieron. De repente, el elevador empezó a descender.

Cuando llegaron a la planta baja, le dijeron al velador lo que habían escuchado.

Éste les informó que se trataba del espíritu de un niño que había muerto ahí a manos de un guardia de seguridad que le había confundido con un ladrón al verlo salir de repente lanzando espeluznantes gritos. Asustado, el guardia le había disparado un balazo.

Desde entonces, todas las noches se aparecía el desdichado niño, jugaba con su pelota y reía estentóreamente.

El velador les relató que muchos empleados también habían visto algo, pues a veces la pelota se le caía al infante por las escaleras.

Los que la veían notaban que la pelota tenía marcadas con fuego las manitas del niño. Los que habían visto la pelota habían renunciado a su empleo, pues sabían que atrás de la pelota iba el niño-fantasma que tanto miedo les producía, y del cual se decía que si uno llegaba a verlo enfermaría del susto hasta morir por el niño-fantasma que tanto miedo les producía, y del cual se decía que si uno llegaba a verlo enfermaría del susto hasta morir.

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