martes, 26 de diciembre de 2017

LA PIEDRA



En el Panteón Hidalgo de Tepic, Nayarit, existe una capilla dedicada a Nuestra Señora del Refugio. En el lado derecho de dicha capilla se puede ver una piedra de forma circular que pesa media tonelada y tiene de diámetro un metro. En ella se puede ver letras de metal incrustadas en ella que forman la palabra “¡Madre!” La gran piedra estuvo mucho tiempo desaparecida, ya que quedó sepultada en los escombros de la capilla, antes de que fuera restaurada y que el paso del tiempo la ocultara.

Obviamente, la misteriosa piedra ha dado lugar a dos interesantes leyendas. Una de ellas nos relata que hace ya mucho tiempo vivió una mujer que tenía una hija. El comportamiento de la niña era muy difícil y no destacaba por ser obediente con su madre. Todo lo contrario, era una niña muy desobediente. La madre, para lograr ser obedecida, le decía a la pequeña: – ¡Si no te portas bien y obedeces, te vas a convertir en piedra!

Cierto día en que fueron ambas a la capilla del panteón de la ciudad, al entrar por la puerta principal la señora le advirtió a su hija que se portara bien y que no corriera. Pero la niña, en cuanto puso un pie dentro del panteón empezó a correr como loca. La madre se puso a correr tras ella, y en el transcurso de su carrera hasta la capilla, la infanta se convirtió en piedra, tal como la madre la había amenazado. No se sabe quién puso el famoso letrero de las letras metálicas. Tal vez el fantasma de la hija desobediente.

Otra leyenda relativa a la piedra narra que muchas personas iban, y aún van, en peregrinación al santuario de Talpa. En una ocasión entre los peregrinos iba una familia integrada por la madre, el padre y dos hijas y un hijo varón. Cuando empezaron la manda a pie, todos iban alegres y felices hacia su destino en Talpa. Pero conforme fueron pasando los días, la señora se molestaba de cualquier cosa y estaba muy irritable por el cansancio que tenía de tanto caminar. Entonces renegaba y decía que estaba absolutamente arrepentida de haberse unido a la peregrinación. Estaba muy cansada y picada por los insectos. Blasfemaba e insultaba a los otros peregrinos constantemente. Incluso llegó a insultar a la Virgen de Talpa y decidió no continuar con los peregrinos, aunque ya solamente faltaban tres días para llegar.

Por su conducta tan blasfema e irrespetuosa la Virgen la convirtió en la famosa piedra de la Capilla, como castigo a su irreverente comportamiento.

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