martes, 6 de noviembre de 2018

UN REFRESCO




Don Artur Mundet i Carbó nació en Bajo Ampurdán, España, en el año de 1879. Provenía de una familia de empresarios que comerciaban con corcho y tapones, muy empleados en la industria del vino. Tuvo una hermana y un hermano, quienes cuando tuvieron edad suficiente se incorporaron a la industria de la familia, que en esa época vivía en Sant Antoni de Calonge. Como la empresa era todo un éxito, el padre, Lorenzo Mundet, decidió abrir una oficina en la ciudad de Nueva York, la cual puso a cargo de su hijo mayor, José. Artur le acompañó en el viaje, mismo que, poco después, aprovechó para recorrer algunos países de América.
Al llegar a México abrió una empresa de corcho allá por el año de 1902. Cuatro años más tarde se asentó definitivamente en el país y se casó con Anna Gironella i Llovet, con la cual procreó nueve hijos. Un año después, en 1907, y después de haber perdido a su heredero, don Arturo fundó una fábrica a la que llamó Artículos Mundet para Embotelladoras, S.A. Gran éxito alcanzó su empresa, pues introdujo la famosa “corcholata”, una tapa de metal con una lámina interna de corcho a la que se le dio el nombre de tapón corona, y que se empleaba para tapar refrescos y otras bebidas con gas.
A don Artur se le ocurrió la idea de fabricar un refresco elaborado con jugo de manzana no fermentado, muy a la manera de la sidra. A este refresco le llamó Sidral Mundet, el cual alcanzó una fama tan poderosa que aún el refresco existe en nuestros días. Esta bebida que todos los mexicanos bebían con gusto, se exportó a varios países de América y a los Estados Unidos.
A raíz de la muerte de su hijo, el señor Mundet empezó a llevar a cabo muchas obras benéficas, como por ejemplo, financió la Maternidad Mundet del Sanatorio Español de la Ciudad de México, en agradecimiento a las atenciones que habían tenido durante la larga enfermedad de su hijo.
Poco después, ya en el año de 1937, construyó la Casa Hogar para Ancianos Mundet, que empezó a funcionar tres años después. A más de ello, donó un edificio para alojar al Hospital Infantil, y en 1956, inauguró un grandísimo parque al que llamó Parque Mundet.
Arturo Mundet nunca se olvidó de España, y colaboró ayudando a la reconstrucción de la Casa de la Caridad de Barcelona, en el Valle de Ebrón. Asimismo, fundó las Llars Anna Gironella de Mundet, edificios en los cuales se atendía a ancianos, enfermos y todo aquel que lo necesitara, actualmente convertidas en Campus Mundet de la Universidad de Barcelona.
En su pueblo natal fundó la Hermandad de Sant Antoni de Calonge, a la cual daba dinero y que fue de gran importancia y utilidad en los terribles años de la Guerra Civil Española ayudando a todo aquel que lo necesitara.
Un fulminante ataque al corazón puso término a la vida de este generoso empresario catalán, cuyo refresco es conocido por todos los mexicanos que a lo largo de su vida lo han saboreado. Para elaborarlo, en un principio el concentrado de manzana se traía desde Canadá, y los refrescos se distribuían por el Valle de México en carretas de mulas. En el año de 1936, la fábrica Mundet tenía la capacidad de producir ciento veinte botellas por minuto, que para 1950 se habían convertido en seiscientos mil refrescos diarios. En 1970 surgió la empresa de Jugos y Frutas Mundet, con franquicias que se abarcaron todo el país. La distribución fue enorme.
Tristemente, en el año de 2002, la Coca Cola compró la embotelladora Mundet, la cual cumplió en 2010 cien años de existencia.


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