Había un señor que no quería hacer
Todos Santos, decía que no era cierto, que no vienen, y se burlaba de que los
demás sí creyeran. El día de Todos Santos se fue al monte por leña y allá lo
espantaron los muertos. Que le dicen:
“¿Por qué otros nos están
dando y tú no?
A otros amigos les están dando su comida, sus tamales, hay todo,
¿y por qué tú no vas a hacer nada?”
Todavía llegó a su casa con
trabajos y pensó: “Sí es cierto lo que dicen, hay que hacer Todos Santos”.
Pero ya era tarde, ya se
estaba muriendo. Ya se apuraron a buscar pollo y cosas, pero de qué servía.
Se murió en el monte porque no quiso
hacer Todos Santos.
Allá lo espantaron. Por eso es que
toda la gente ya hace Todos Santos.
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