lunes, 23 de abril de 2007

MI VIDA DE CADETE



Después que dejé la Universidad truncando mi carrera de arquitectura, hice maletas y llegué a ser Goliat, el jefe de los aspirantes a CADETES de la Escuela Militar de Aviación. Nos hospedaron en el hagar Faustino Ceballos. Yo quería ser PILOTO AVIADOR y por las noches me preguntaba: "¿Volar será una ciencia o un arte?" y llegue a la conclusión que: "VOLAR ES POESÍA" Para mi volar fue soñar que yo era ángel. Fue una verdadera Poesía en prosa ya que nunca pude rimar un aterrizaje con el siguiente, todos fueron diferentes. Recuerdo con cariño las horas que estuve en la cabina abierta del Stearman o en la cabina cerrada del AT-6. A mi avión PT-17 le dedico este poema:
VOLANDO EN MI STEARMAN
Francisco Lavín

A mi me gusta remontar el vuelo,
Ser una pieza más de mi aeroplano
Sentir suave el timón bajo mi mano
Y fuerte el viento alborotar mi pelo.

Romper la liga de mis pies, al suelo
Trastocar el volumen con el plano,
Lo que es colina convertir en llano
El mar curvar y revolver el cielo.

Y me gusta volar a baja altura
Surcando el paisaje lentamente
Volar es un placer una locura

A la que solo iguala, ciertamente
Aquello que provoca, con ternura
La piel de una mujer, íntimamente.
Y a mis compañeros que murieron amarrados al escapulario de un AT-6 les dedico ese poema que dice:
COMO ÁGUILA CAERÉ"
Como águila caeré,
y en un estruendo atronaré
los montes que me vieron
desplegar las alas y surcar el cielo.
Como águila caeré,
porque es mi destino en pagar de un golpe
la osadía de humillar el valle
y de buscar a Dios en el cielo.
Como águila caeré.
y hasta el abismo iran a buscarme
los que crean que ahí termina mi postrer vuelo.
Cuándo en verdad el abismo será nido,
donde ya libre de carnal estorbo
emprenderé por fin...........
MI PRIMER VUELO SOLO.
Que felices fueron mis años de cadete, porque felicidad es sufrir las potreadas, y gozar la primer hora de vuelo. Es dejar caer el sudor en el patio principal del Colegio a paso redoblado y disfrutar la cena diaria. Es soportar los gritos del instructor y ver su sonrisa cuando recibí mis alas el día de mi graduación. Finalmente la felicidad de mi vida de cadete fue mi último aterrizaje en un AT-6




2 comentarios:

Coss dijo...

Felicidades Lavín... qué bueno que ya tienes tu propia página; así podremos "seguirte" más de cerca y seguramente con ello tu alcance será mucho mayor, sembrando inquietudes e interés por tus trabajos... aaah, ¿creías que te me ibas a ir sin criticarte? (no! solo una sugerencia); de las poesías que citas, solo conocía "Como águila caeré" de J.E. Rangel Camposeco... de allí la sugeencia: Dale los créditos a los autores y desde luego, no olvides tus propias autorías. Te mando un abrazo.

El Charro de la XXIX dijo...

Bravo por el "viejito", no hay nada mejor que recordar nuestros tiempos de cadetes. En relación al último aterrizaje en AT-6 comento: You never know! o sea: uno nunca sabe, acuerdate que yo volví a volar en un "tejano" hace poco alla en Monterrey, una cosa pude comprobar: lo bien aprendido no se olvida nunca, para mi volar en AT-6 o en Stearman, es como andar en bicicleta. No existe sonido más hermoso que el de un motor radial bien afinado, es por decirlo de algún modo "musica clásica" para mis oidos, aqui va algo de lo cual me acorde:

En un PT-17 al aire me voy, y en una de esas zonas muy lejos de aqui, en donde "Maldonado" (jefe de sección en el Primario) no me pueda ver, voy a "chandelear". Que días aquellos de sol, pasto recien cortado, nubes hermosas y un precioso Stearman haciendo "maromas".

I n o l v i d a b l e.