La palabra Charro identifica
al jinete tradicional de México, proveniente de la raíz árabe “Hawsh” que se
utiliza para designar a quien maneja animales. La charrería es una actividad
competitiva y reglamentada, basada en las prácticas ecuestres que se desarrollaron
durante la Colonia y la Revolución Mexicana.
Durante el virreinato de la
Nueva España, a los indígenas les estaba prohibido montar o poseer caballos
pero para las labores de ganadería se requerían jinetes, por lo que se les
otorgaban permisos especiales a los mestizos, aunque debían utilizar sillas y
ropa distinta a los españoles, para identificarse. Los ricos hacendados y
aristócratas utilizaban trajes que hacían alarde de sus fortunas, mientras que
los jinetes empleados se adornaban con fibra de maguey y gamuza. Esto fue
creando un estilo hípico propio, adaptando la gracia española a las
características del suelo, materiales y distintivos mexicanos.
Durante el gobierno de
Benito Juárez, se creó el primer “Cuerpo de Rurales”, quienes auxiliaban al
ejército y perseguían a los asaltantes. Eran conocidos por procurar la
seguridad de los pueblos, eran jinetes experimentados cuya principal arma era
el lazo.
La charrería como arte se
originó en los estados de Jalisco, México e Hidalgo y fue alrededor de 1930
cuando cobró gran auge, tras la migración de campesinos hacia la Ciudad de
México; construyendo Lienzos Charros en medio de la gran ciudad para seguir
practicándolo.
Tras la Revolución Mexicana,
la Charrería se conformó como un deporte para exhibir las habilidades
ecuestres, quedó registrada en la Comisión Nacional del Deporte y se practica
en lienzos charros, instalaciones diseñadas para su práctica que consisten en establos,
ruedo y gradas. Todas las asociaciones de charros están debidamente registradas
en la Federación Mexicana de Charrería, que controla el reglamento de este
magnífico deporte y organiza el Congreso Nacional de Charrería anualmente,
donde compiten los mejores equipos para merecer el prestigiado galardón.
El
discurso oficial de comienzos del siglo XX estableció al charro como el
arquetipo del mexicano, por lo que su atuendo hoy lo identifica mundialmente y
la práctica de la charrería es el deporte nacional, aunque la mayoría de la
población no conozca los aspectos de esta manifestación deportiva y artística.
Los charros más emblemáticos del cine mexicano son Jorge Negrete, conocido como
el Charro Cantor, Pedro Infante y Antonio Aguilar.
Algunas
palabras del argot mexicano se derivaron de este deporte; por ejemplo, la
palabra lana como sinónimo de dinero proviene que sólo las clases acaudaladas
del campo podían vestir prendas de esta fibra. La expresión “Se montó en su
caballo” significa que esa persona no quiso ceder y la orden “Pícale” significa
corre, como encajando las espuelas en el caballo.
El
traje charro reglamentado debe ser de lana y/o gamuza, compuesto de pantalón,
chaquetilla, botines y corbata de rebozo. El sombrero está hecho de fieltro o
palma y sirve para proteger del sol y de las caídas, por eso es de ala ancha.
Lo indispensable para montar al estilo charro es la reata o soga, espuelas,
chaparreras y el famoso traje.
SUERTES CHARRAS
Las
Suertes Charras son modalidades que los charros deben de dominar.
El
Desfile de Equipos es se realiza desde la manga del lienzo hasta el ruedo.
La
Cala de Caballo es la demostración del dominio sobre el caballo, incluye
detener al caballo tras andar a todo galope y recular al caballo en línea
recta, así como hacer que el caballo gire sobre su propio eje apoyado en una
sola pata y luego camine hacia atrás.
Las
Piales consisten en lazar a una yegua de las patas traseras con una soga,
mientras se monta, amarrando rápidamente la soga a la silla hasta detener su
carrera.
El
Coleadero consiste en derribar a un toro, jalándolo de la cola mientras se
monta.
El
Jineteo de Toro o de Yegua consiste en montar a un toro, se califica por permanecer
montado en él hasta que deje de reparar.
La
Terna consiste en que tres charros, montados a caballo, lacen a un toro de la
cabeza y las patas para derribarlo.
Las
Manganas consisten en que un charro, montado o a pie, lace las extremidades de
una yegua con la reata.
El
Paso de la Muerte consiste en pasar de un caballo a una yegua o caballo brutos,
a todo galope y sin silla, sujetándose únicamente de las crines del animal
hasta dominarlo, y desmontarse. La
Escaramuza
Charra se realiza por ocho mujeres que, montadas a caballo, ejecutan complejas
y valientes coreografías.
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