miércoles, 23 de octubre de 2019

BELUGA




Las belugas son mamíferos marinos del grupo de los odontocetos, cetáceos dotados de dientes.

Se caracterizan por el color blanco de su piel, que les permite camuflarse entre los bloques de hielo.

Nacen grises y adquieren el color blanco definitivo entre los cinco y los doce años, aunque en algunos casos perdura la coloración gris en el borde de sus aletas.

La aleta dorsal ha desaparecido y, en su lugar, sólo queda una pequeña giba o cresta, que no les molesta al nadar bajo el hielo; con ella golpean las banquisas de hielo para abrir huecos por donde asomar el espiráculo y respirar.

Gracias a su gruesa capa de grasa, soportan las bajas temperaturas de las aguas árticas y subárticas. Como no necesitan aguas muy profundas, es frecuente ver sus crestas blancas cerca de la superficie.
Su peso llega a 1.500 kilogramos en estado adulto y su longitud alcanza entre 3 y 5 metros.
La cabeza de la beluga es realmente pequeña en relación con su cuerpo.
La disposición de vértebras cervicales no fusionadas les aporta una gran movilidad de cuello. Su musculatura facial les permite gesticular expresivamente.

Si hay algo por lo que destaquen estos mamíferos marinos es por el amplio repertorio de vocalizaciones que emiten. De ahí que sean conocidos también como “canarios de mar”.


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