Según
el padre Francisco de Florencia, la fundación de Puebla –unos de los actuales
estados de la República Mexicana- tuvo un origen mágico-religioso. Esta leyenda
de la fundación la difundió el clérigo mencionado en el año de 1647, en su
escrito titulado Narración de la maravillosa aparición que hizo el
arcángel San Miguel a Diego Lázaro de Francisco.
En dicha narración se
consigna que, en cierta ocasión, fray Julián de Garcés, el obispo de la Ciudad
de Tlaxcala, tuvo un sueño en las vísperas de la fiesta de San Miguel, sueño en
el cual unos ángeles le señalaban el lugar donde debería fundarse una nueva
ciudad. Este sitio era sumamente bello, un gran campo con ríos, y lleno de
plantas y flores. Los ángeles anunciadores bajaron del cielo y con unos
cordones delinearon los límites de lo que sería la nueva ciudad, según afirmó
el fraile.
Al despertarse fray Julián
lo primero que hizo fue efectuar una misa muy devotamente, y después se dirigió
presuroso a ver a los padres franciscanos que se encontraban en la ciudad de
Tlaxcala. Entre estos padres había figuras de mucha importancia, entre ellos se
encontraba Toribio Paredes de Benavente, además de algunos indígenas
pertenecientes a la nobleza aliada a los conquistadores españoles. El
religioso, emocionado, en seguida les relató a todos los presentes el sueño que
había tenido y les pidió que lo acompañaran a los campos a ver si encontraba el
sitio que le habían señalado los maravillosos ángeles de su sueño.
Después
de un cierto tiempo de deambular por el campo, fray Julián de Garcés se detuvo
y pronunció estas palabras: – ¡Este es el lugar que me mostró el Señor y donde
quiere que se le funde la nueva ciudad! Ni que decir tiene que a todos los
religiosos les encantó el sitio elegido.
El lugar escogido por los
ángeles, según nos informan ciertos documentos antiguos, se trataba de un lugar
que anteriormente había sido un asentamiento indígena que llevaba el nombre de
Cuetlaxcohuapan, “lugar donde se lavan entrañas”, o “tierra de las serpientes”.
Otro testimonio que consta
en un informe del Oidor Juan Salmerón y que envió a la Segunda Audiencia,
afirma que el lugar elegido por los ángeles se encontraba a tan sólo una legua
de un pueblo indígena llamado Totimehuacan, pueblo antaño importante, que para
la época que nos ocupa estaba habitado solamente por sesenta familias, mismas
que se mostraron inconformes al arribo los frailes que deseaban fundar Puebla,
pero como el pueblo pertenecía a la encomienda de Alonso Galeote, nos les quedó
otra más que aguantarse ante el hecho de la fundación. El encomendero quedó
como vecino de Puebla y pasó a formar parte del cabildo en el año de 1533.
La primera fundación de la
ciudad –porque hubo varias- se encontraba entre el Cerro de Belén –
actual Cerro de Guadalupe- y Totimehuacan, al sureste de la Plaza Mayor de hoy
en día. La fecha de su fundación nos remite a dos hipótesis. Unos investigadores
afirman que fue el 16 de abril, fecha del día dedicado a Santo Toribio de
Astorga, cuya misa la llevó a cabo fray Toribio de Benavente. Para otros
estudiosos la fundación fue el 29 de septiembre. El día de San Miguel Arcángel.
Sin embargo, las dos posiciones señalan el año de 1531.
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