Baja
California Sur, uno de los estados de la República Mexicana, se encuentra en el
sur de la Península de Baja California, su capital es La Paz. Limita al este
con el Mar de Cortés, y al oeste y sur con el Océano Pacífico. Antiguamente
estuvo habitada por grupos de indígenas cochimíes, guaycuras y pericúes, hasta
la llegada de Hernán Cortés inició la fundación de dicha ciudad.
Baja California Sur es un
estado poco poblado, pero con una gran tradición oral. Una leyenda de sus
muchas leyendas nos relata que destacaba por las perlas que producían las
conchas de sus mares. Al suroeste de la Isla de San José, sita en el Golfo de
California, al norte de la Bahía de La Paz, y cerca de la Bahía La Amortajada,
existe un yacimiento productor de perlas, cuyo auge se produjo a fines del
siglo pasado.
A dicho yacimiento acudían,
todos los años, multitud de buzos para procurarse las preciadas perlas. Cuando
la temporada de cosechar perlas llegaba a su fin, debido a que ya estaban por
llegar los fuertes vientos del noroeste y el frío empezaba a hacer de las
suyas, los pescadores de perlas tenían la arraigada tradición de sacar una
última perla que dedicaban a la virgen: – ¡Esta es la última perla “para la
Virgen”! solían decir.
Un
año en que los pescadores habían terminado con su labor, uno de los
trabajadores se iba a meter al mar, cuando en eso uno de sus compañeros le
avisó: – ¡Oye, amigo, ya no te metas al mar, pues ya tenemos la perla para la
Virgen! Sin embargo, el aludido, entre irónico y burlón, volteó a ver al
compañero que le hablaba, y le respondió: – ¡No compa, yo no voy a buscar la
perla para la Virgen! ¡Voy a buscar la perla “para el Diablo”!
Desconcertado, su amigo le
vio tirarse al mar muy decidido a buscar la perla. El Diablo que acechaba y les
había escuchado, bajó al mar y esperó a que el pescador encontrara la perla.
Después. Ya que el hombre había encontrado lo que buscaba, lo mantuvo dentro
del agua hasta que murió ahogado.
Nunca más salió el pescador
blasfemo. Su cadáver nunca subió a la superficie. En el lugar en que se lanzó
al agua ya nadie solía pescar perlas por considerar que estaba maldito. Se
volvió un sitio prohibido al que nadie acudía por temor.
Sin embargo, aquellos pocos
que se atrevieron a lanzarse al mar en el ese lugar, aseguraban que en el fondo
del agua se podía ver al fantasma del pescador, quien lucía una larga cabellera
enmarañada, así como una barba que le llegaba hasta el ombligo. El
hombre-fantasma sostenía en su mano derecha una gran concha de madreperla. Y el
Diablo disfruta aún de una enorme perla negra.
Según aseguran algunos
atrevidos que se han lanzado al agua del lugar prohibido aún puede verse a la
terrible aparición de aquel sacrílego que quiso darle una perla al demonio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario