viernes, 6 de noviembre de 2015

BLONDY



Esto me sucedió a mí cuando me encontraba en la fase más aguda de mi problema neurológico que me ocasionó una parálisis facial cuya duración rebasó el año y me dejó secuelas horribles, que hasta ahora perduran.

Una noche yo estaba dormida, y de repente empecé a oír una voz que decía:

– ¡Blondy, Blondy!

La voz me despertó, y aun así la seguí oyendo:

– ¡Blondy, Blondy!

Reconocí que era la voz de mi papá. Ahora bien, la voz no venía de un lugar preciso, sino que abarcaba toda la habitación; se oía en toda la habitación, exactamente como se oye la música en los supermercados.

Entonces me dije: -¡Bueno, pues es la voz de mi padre! y me volví a dormir. Al otro día me puse a pensar que si era la voz de mi papá, posiblemente “blondy” era la clave de algún mensaje que me quería enviar, pues él había muerto hacía poco tiempo.

– ¿Qué puede ser “blondy”?, me pregunté, el nombre no es muy común, suena como un nombre extranjero, como inglés sobre todo.

Bueno, puede ser una medicina; a lo mejor me está aconsejando acerca de una medicina que debo tomar para curarme.

Fui a consultar el Vademécum, el diccionario de medicinas. Empecé a buscar todo lo que fuera Blondi, o Vlondi, b grande, v chica, y griega, i latina; en fin, palabras que fueran exactas o parecidas a blondy. No encontré nada.

– Bueno, entonces qué puede ser. A lo mejor es un doctor.

Acudí al directorio telefónico, estuve viendo todos los doctores, todas las páginas de los doctores: nada.

Vi todas las páginas de especialistas y tampoco encontré nada. Blondy no era nada.

– Bueno, pues ni modo. Sería nada más una coincidencia o qué sé yo, no es nada.

Pasó el tiempo, bastantes meses. Entonces un día mi mamá y mi hija se pusieron a consultar a la ouija haciéndole preguntas.

Habían invocado al supuesto espíritu de mi papá. De repente, sonó el teléfono y yo contesté, era una llamada para mi hija y le dije:

– Nektli, te llaman.

Dejó la ouija, se fue al teléfono y yo tomé su lugar. Se me ocurrió preguntarle a mi padre cual era el significado del mensaje que me envió:

– Dime, papá, ¿quién es o qué es Blondy? La ouija respondió:

– Es un ángel.

-¡Ah, un ángel!

– Sí, es tu ángel guardián.

-¿Y de dónde es Blondy?

– Nació en Beirut.

– ¿En qué año murió?

– 1828.

– ¿Y de qué murió?

– De luz negra

– ¿De luz negra?, ¿Y qué es eso?

– Cáncer.

Desde entonces el misterio más o menos se aclaró, porque sé que Blondy es un ángel que nació en Beirut, y es mi ángel de la guarda, incluso le he visto. Es joven, muy joven; tiene el pelo muy negro y rizado con un brillo extraordinario; su cutis es muy blanco, marfileño, sus ojos verdes como la malaquita; va vestido con una simple túnica blanca y sandalias de cuero con incrustaciones de pequeños cantos rodados.

Es un joven sumamente bello al que tiendo a olvidar muchas veces, sin acordarme que puede ser beneficioso para mí.

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