El verdadero nombre de
este bandido legendario fue Vicente Alonso Teodoro. Nació en Zacualpan, estado
de Colima, del matrimonio formado por Justo Alonso y Maximina Teodoro en el año
de 1882. En su niñez fue criado de Arnoldo Vogel.
Sus actos de malhechor
los inició cuando trabajaba como peón de raya en la Hacienda de San Antonio,
perteneciente a unos alemanes, y poco después de haber sido contratado por la
San José de Colima, Lumber Company, asesinó camino a Cerro Grande a Chas
F. Temple, pagador norteamericano de una empresa maderera, para robarle mil
ochocientos ochenta y seis pesos. Las autoridades le buscaron afanosamente,
pero nunca lo atraparon.
A causa de sus
innumerables delitos las personas le temían y le odiaban, pues se robaba a las
muchachas que le gustaban para luego abandonarlas a su suerte o matarlas, y
robaba a las familias de la región que ya no lo soportaban por sus robos y
abusos.
El general Juan José
Ríos se encargó de perseguirlo, pero el indio era hábil y se escondía por las
cuevas de los cerros y montañas.
Así se creó, poco a
poco, su leyenda.
Se decía que era
nagual, que tenía pacto con el diablo o que era un terrible brujo contra el que
nada podía hacerse.
En el tiempo de la
Revolución Mexicana se dijo ser villista, y a pesar de ser un delincuente de lo
peor, Pancho Villa le nombre jefe de la División del Norte, y así luchó contra
los constitucionalistas que formaban parte de la División de Occidente en 1915.
Su muerte, digna de él,
ocurrió en el año de 1917. Se encontraba gastado y muy enfermo por su vida de
excesos y desmanes. Ramona Murguía, originaria de Zapotitlán de Vadillo, una de
sus víctimas de rapto, coaligada con Esteban García, uno de sus asistentes, le
dio muerte cuando Vicente, delirante por la fiebre, se encontraba en la cama.
La mujer tomó un filoso cuchillo y, sin pensarlo dos veces, le provocó un tajo
en la yugular.
Su compinche Esteban le
pegó un balazo y le cortó la cabeza con un machete.
En el Portal Medellín,
la cabeza del Indio fue mostrada al pueblo como ejemplo de lo que podía pasarle
a los malhechores. Vicente Alonso contaba con tan solo 35 años de edad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario