Cuenta una leyenda de Chiapas que un día un Tlacuache estaba en una mata
de coconabe conocido también como coyol cuando vio pasar a un Tigre, el cual al
verlo le preguntó qué era lo que hacía en esa mata de coconabe.
Tranquilamente, el Tlacuache le respondió que estaba comiendo una fruta.
Curioso, Tigre le dijo que cuál era esa fruta, a lo que respondió que eran unos
coyoles.
Entonces, Tigre quiso saber a qué sabían los mentados coyoles y le pidió
a Tlacuache que le aventara unos cuantos, para saber si eran sabrosos.
Con curiosidad y gula, se
llevó a la boca varios coyoles, se atragantó y desesperado se quedó en el suelo
ahogándose. Cuando se repuso, se puso a perseguir a Tlacuache que había huido
corriendo, para comérselo.
Cuando llegó junto a Tlacuache vio que
tenía una piedra en la mano, porque estaba construyendo su casa; el Tigre, como
siempre curioso, le preguntó qué era lo que estaba haciendo; entonces Tlacuache
le pidió ayuda al felino para que le sostuviera la piedra para poder ir a
acarrear unos palos que necesitaba también para la casa.
Pero como Tlacuache nunca volvió,
Tigre decidió soltar la piedra porque le pesaba mucho, aunque el astuto
Tlacuache le había dicho que no la soltara porque le caería encima y lo
aplastaría. La soltó y no pasó nada.
Muy enojado, Tigre fue en busca del
mentiroso y le encontró en medio de un cañaveral, donde se encontraba,
tranquilamente, tocando una guitarra, ya que en ese sitio se iba a realizar una
boda.
Entonces, Tlacuache le dijo a Tigre
que si quería tocar la guitarra, mientras él iba por el cura y por los novios
que se iban a casar; le advirtió que por ningún motivo dejara de tocar el
instrumento ni volteara la vista hasta que escuchara el primer cuete.
Tigre obedeció, y sólo volvió la vista
y dejó de tocar cuando escuchó el primer tronido. Pero cuando volteó estaba
rodeado de fuego, y se echó a correr todo quemado y muy enojado con Tlacuache.
Muy molestó se puso a buscar al
astuto, y le encontró metido en una laguna que tenía un árbol en medio.
Tigre iba a saciar su sed, cuando vio
a Tlacuache debajo del agua. Para poder cogerlo Tigre empezó a beber toda el
agua, pero no pudo acabarla y se empanzonó y se echó boca arriba.
Entonces vio a Tlacuache que estaba
trepado en un árbol, le dijo que bajara, aceptó el marsupial, pero con la
condición de que se lo tragara entero. Así lo hizo Tigre. Pero enseguida se
puso a vomitar y el Tlacuache salió entero de la panza de Tigre y le dijo muy
ufano: -¡Éjéle, te gané de nuevo! Y salió corriendo muy orgulloso de haber
vuelto a engañar al tonto e ingenuo Tigre.
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