Había una vez en un país muy tranquilo una bella casa, con sus
alrededores floridos y una playa preciosa y un mar tan azul como el cielo.
En su interior vivía una bonita familia, había un niño llamado
Niki el cual era muy inteligente, y lo tenía todo: amor, atenciones, juguetes;
pero a pesar de tenerlo todo no era completamente feliz, pues deseaba tener un
hermanito y cada navidad le pedía a Dios que se lo trajera, mama y papá le
preguntaron que tu quisieras para esta Navidad y el niño respondió:
Tengo
todo pero lo que en realidad deseo con mi corazoncito es un compañerito y papá
le dijo: Tu mamita también y sabes parece que Dios te ha escuchado y pronto
llegara, ¿verdad mamita?
Y ella respondiendo le dijo si, y pasaron los meses y llego el
gran momento y una bonita mañana Niki despertó cuando escuchó llorar a alguien,
y fue corriendo a ver a su mamita y cual grande fue su sorpresa: sus ojos se
llenaron de lágrimas al ver de lado de su mamita a la personita que tanto le
había pedido a Dios.
Lo
besaba y besaba lo abrazaba y le daba las gracias a su mami por pedir el mismo
deseo, entonces su papito lo abrazo muy fuerte, y le dijo ahora tendrás una
compañía a quien tendrás que enseñarle todas las cosas bonitas que tu ya sabes,
pero prométenos a mamita y a papito las tres palabras, mas importantes que te
hemos enseñado:
El
Amor, El Perdón y la fe porque sin ellas el mundo no tendría sentido, pero
recuerda la más importante de las tres es el Amor porque sin él no tendría
sentido la vida, porque las tres siempre van de la mano, viste tuviste fe y
Dios te concedió este deseo, El amor que desde hoy une más nuestra familia y el
perdón por los malos tiempos que tuviésemos algún día. Niki todos los hombres
aprenderemos a perdonar, y dar el amor por medio de la fe y nos conozcamos del
modo que Dios nos conoce a nosotros, y recuerda Niki dar y recibir. Y así
termina esta historia llena de amor y felicidad familiar.
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