El Cerro de la Campana es un cerro rocoso
localizado en el centro de Hermosillo,
capital del estado mexicano de Sonora.
Símbolo de la ciudad, es el mirador para
apreciar una panorámica casi completa de la "Ciudad del Sol",
en especial sus espectaculares atardeceres.
El Cerro de la Campana debe
su nombre a la forma similar a una campana que presenta si se observa de
oriente a poniente, así como a las fonolitas que
se encuentran en la zona y que, al ser golpeadas, producen un sonido metálico
similar a una campana.
El
Cerro de la Campana se ubica justo al sur del centro de Hermosillo, cerca del
Parque Madero. Las vías principales más cercanas son el Bulevar Paseo del Río
Sonora, que bordea el cerro por el sur, y el Bulevar Agustín de Vildósola, que
lo bordea por el poniente. Desde este flanco parte la calle Cucurpe, que sube
en espiral hasta el mirador.
En las inmediaciones se
encuentra también el Cerro la Cementera, que es un tanto más alto y extenso y
permite actividades como el senderismo y
el espeleísmo.
En
el Cerro de la Campana se encuentran expuestas rocas paleozoicas que,
en general, corresponden al Carbonífero-Pérmico (aprox.
300 millones de años antes del presente). Debido al alto grado
de metamorfismo, no se observan estructuras bien
definidas, aunque también abundan afloramientos de piedra caliza de
color blanco verdoso a gris oscuro. Probablemente el rasgo geológico más
característico del Cerro de la Campana sea la presencia de fonolitas, una
rara roca ígnea que produce sonidos metálicos
al golpearlas.
Al encontrarse rodeado por
la mancha urbana, el deterioro ecológico del
Cerro de la Campana es notorio. A principios del siglo XX, se dieron
concesiones para la explotación de cal y cantera,6
misma que fue empleada en las columnas del primer piso del Palacio de Gobierno.
Fue por la misma época que se inauguró el mirador cerca de la cima del cerro.
Más adelante, con motivo de
los XIX Juegos Olímpicos,
celebrados en la Ciudad de México en 1968, se instaló una serie
de antenas de
telecomunicación en la cima del cerro. También en los años sesenta, el Cerro de
la Campana fue declarado Monumento Cívico en el Estado de Sonora en honor
al maquinista Jesús García Corona. Para ello, se manifestó la
intención de construir un monumento conmemorativo al también
llamado Héroe de Nacozari,
aunque no se ha llevado a cabo el proyecto.
A pesar del alto grado
de disturbio, existen aún
zonas del cerro donde persiste la naturaleza típica de la región, consistente
de leguminosas arborescentes (en particular Cercidium microphyllum, Mariosousa willardiana y Olneya tesota)
con presencia de cactáceas (Mammillaria grahamii, Opuntia gosseliniana, Stenocereus thurberi y Carnegiea gigantea) y algunas otras
especies típicas del desierto de Sonora (Bursera microphylla, Fouquieria splendens, Encelia
farinosa etc.); aunque también se encuentran extensas
áreas cubiertas por el pasto invasor
Cenchrus
ciliaris. Además, es hogar de varias especies de aves como el zopilote
(Coragyps
atratus), la paloma alas blancas (Zenaida asiatica) y el pinzón mexicano (Haemorhous mexicanus).
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