En estos días he reflexionado mucho en lo que
significa estar vivos y seguir
adelante a pesar de tantas cosas que nos toca vivir; soy testigo de
enfermedades, luchas, dificultades, depresiones, problemas que nos toca enfrentar, y sin
embargo seguimos vivos... eso nos hace vencedores; cada nuevo día nos hace
luchadores, aunque pensemos
que las cosas no han cambiado, que quizás están peor que ayer; pero es
mejor sentir, que nos han derrotado, seguimos ahí luchando, enfrentándolas, queriendo ganarle
la batalla, y estoy seguro
que con fe, constancia y fortaleza lo lograremos, porque nada en esta vida es
eterno, todo pasa... lo importante es aprender de todo ello, crecer y seguir
fortaleciéndonos...
Este
mensaje va dedicado a todos aquellos vencedores que aunque a veces se sienten
agotados, siguen luchando, no se han rendido... echémosle todas las ganas, si Dios está con
nosotros, nunca seremos derrotados ni vencidos...
Ante todo lo que nos toca enfrentar en el camino
de la vida; cada nuevo día
que se nos regala nos hace sentir que hemos vencido al ayer. El abrir
los ojos cada mañana, da testimonio que le hemos ganado la batalla un día más al problema
que nos atormentaba, al dolor que se siente por las heridas causadas, al
vacío y a la soledad
que nos invadían y torturaban; a la enfermedad que se convierte en compañera de camino y nos hace
ver a veces incierto nuestro
destino.
Tal
vez hay quienes piensen que hoy no cambia nada lo de ayer; que el problema, la
herida, la soledad y la enfermedad permanecen igual, y quizás cada día hasta duelen o se
acrecienten más; pero es mejor ver que somos tan fuertes que no nos ha vencido,
que ahí seguimos, luchando,
sin estancarnos ni renunciar al camino.
Hay
que luchar por despertar cada día, sintiendo que se nos da la oportunidad de
ganarle la batalla a todo aquello que nos mueve el piso, nos hace tambalear y muchas veces
hasta dudar. Quitemos el paradigma que nos arrastra más que a vivir, a
sobrevivir, no hemos sido
creados para ello, sino para aprender a ser feliz; aunque nos toca llorar,
enojarnos, sentir miedo, sonreír, caer o avanzar.
El
hoy que tenemos en nuestras manos, es un voto de confianza que nos regala
nuestro gran Amigo, es prueba de nuestra fortaleza, porque seguimos en pie,
no hemos sido vencidos ni derrotados, al contrario, es otra oportunidad que tenemos de
superarnos, ganarle la batalla a todo aquello que quiera derrumbarnos.
Y
si el ayer fue productivo, repleto de momentos de gozo y alegría que quizás
hubiéramos querido inmortalizar; el hoy nos invita a estar alertas, dar gracias por lo recibido,
sin acomodarnos en ello; seguir adelante, continuar, renovar nuestras
energías, fortalecer nuestra
fe y estar abiertos a recibir y enfrentar lo que la vida nos quiera deparar.
Hoy
estamos vivos, las dificultades, la depresión, la enfermedad, los miedos, los
problemas no nos han derrotado; Dios nos da la fuerza para seguir, y nos ofrece este nuevo
día para transformar, renovar,
luchar, ganar, y ser feliz. No nos cansemos, sigamos adelante, El confía en nosotros, no
perdamos nunca la fe, y tengamos la certeza que con su Amor, nada ni nadie nos
podrá vencer.
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