Naaxwyu’ini,
la Madre Tierra, es la diosa-espacio sagrado donde habitan los seres humanos a
quienes cobija y ayuda, morada de algunos de los dioses del panteón mixe, los
Inää, los elementos de la naturaleza: el Sol, Xï, el agua, Nï, la boca del cerro,
Tun’a, el Rayo, Jitsuk, la Tona, Tso’ok, y los vientos, mensajeros informadores
de la madre tierra a quien ponen al tanto de lo que acontece sobre ella, y
causantes de no pocas enfermedades en los seres humanos.
Los Inää
se localizan en los Inääpatajk, donde se les rinde culto.
El dios
superior del agua, llamado Kontiji. Kong-Änää, es el trueno, a quien se le pide
la lluvia que da vida y alimentos; Ana-Witsuk, el rayo trueno.
El padre
es el Sol, nombrado Yikkospe; la madre, la Luna, quienes en el inicio de los
tiempos crearon al universo.
Los Ayos
mayores y a los Ayos menores representan los temblores, la lluvia, el viento, y
los huracanes. La serpiente de petate vive en un hermoso manantial, gusta de
ver el arcoíris que es la lluvia del sol, mismo que aparece cuando el trueno lo
bautiza.
Los
nahuales de las personas poderosas son los rayos, habitantes de los cerros.
Cuando
los rayos se pelean entre ellos, sus machetes se van rompiendo en trocitos y
forman las obsidianas que los hombres encuentran en los cerros.
Cuando
los Rayos pasan por algún sitio, dejan una huella de serpiente reptando.
En el
tiempo en que los mixes van a sembrar la milpa, se dirigen los dioses de la
Tierra en los Kiyajktaajk, con las siguientes palabras:
Tú
lluvia, tú viento, tú rayo, tú dueño de la noche, tú dueño de los Nahuales, tú
madre, tú Senos te pido perdón porque te he cortado, porque he derribado,
porque he sembrado.
Pido el
favor para que me ayudes, para que los animales no hagan daño en el cultivo,
para que éste sea abundante, para que pueda dar de comer a mis hijos,
encontrará precio esta ofrenda, tendrá valor porque lo hago con toda humildad y
todo respeto, en este momento estoy depositando el respeto ante ti, pido para
que cuides los cultivos, para que no haya demasiada agua, ni demasiado viento.
Por eso
te vengo a dejar esta guajolote y este pollo, este mezcal, estos cigarros, aquí
te traigo tu limosna y tu veladora.
Los
dioses viven en los cerros y las montañas.
De entre
ellas, la de mayor importancia por el centro cósmico es el cerro Zempoaltépetl,
donde se unen la tierra y el cielo al cual sostiene firmemente. Los Dueños, los
Espíritus de la Naturaleza y los Ayos, junto con la vírgenes y los Santos
católicos, viven en las cuevas, los cerros, y en los manantiales del
Zempoaltépetl, Cerro de los Veinte Cerros, en el se asientan los montes
sagrados: La Mitra, La Malinche; y las cuevas sagradas: la de la virgen y la de
el trueno.
El
Zempoaltépetl es alto, tiene tres mil quinientos metros de altura; su nombre en
lengua mixe es Ipyx Ukp.
El
Zempoaltépetl, el corazón de la cosmovisión mixe, inicio y fin de todo lo
existente.
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