Desde 1939 a 1946 un verdadero apocalipsis se desencadenó sobre Europa
y parte de Asia, causando millones de muertos, heridos y desolación. El coste
humano para la antigua URSS Rusia se calcula en unos 27 millones de víctimas.
Entre los aliados occidentales
se ha estimado en 44 millones, mientras que en el Tercer Reich y sus aliados se
estima en unos 11 millones. Estados Unidos, que apenas sufrió bajas en su
población civil, perdió a unos 400.000 ciudadanos. En total se calcula que hubo
la astronómica cifra de 121 millones de víctimas que sufrieron los delirios de
Hitler y sus secuaces. Pero este supuesto delirio ¿a qué se debía?¿Podemos resumir
la Segunda Guerra Mundial como un enfrentamiento entre el Tercer Reich y los
Aliados Occidentales? ¿O, entre Fascismo y Democracia? Y un hecho que aparece
con meridiana claridad es la conexión esotérica-mística en el desarrollo del
Tercer Reich, que se decía que tenía que durar mil años.
Uno de los primeros escritos que informaron sobre esta casi
desconocida conexión esotérica la facilitaron los escritores/filósofos
franceses Louis Pauwels y Jacques Bergier, en su magnífica obra “El Retorno de los Brujos”, que en uno de sus capítulos escribieron esta enigmática
frase: “…No somos tan locos
como para querer explicar la Historia por las sociedades secretas. Pero sí que
veremos, cosa curiosa, que existe una relación y que, con el nazismo, “otro
mundo” reinó sobre nosotros durante algunos años.
Ha sido vencido, pero no ha muerto, ni al
otro lado del Rin ni en el resto del mundo. Y no es eso lo temible, sino
nuestra ignorancia…“ En efecto, parece que una fuerza oscura y poderosa operaba
en aquella Alemania.
Y esta fuerza, que aparentemente ayudo a Hitler a salir ileso de
varios atentados, era alimentada por sociedades ocultas de raíces milenarias.
La teósofa Alice Bailey afirmó que Hitler se había apropiado de la Fuerza de
Shambala como “una herramienta
de las Fuerzas Oscuras”, y la había usado
incorrectamente para luchar contra la “Energía de la Luz”.
De forma similar a las afirmaciones de Bailey sobre la conexión entre
Hitler y Shambala, varios estudios de posguerra sobre el Nazismo y el Ocultismo
han llegado a la conclusión de que los Nazis enviaron expediciones al Tibet
para buscar la ayuda de las fuerzas de Shambala y Agharti para llevar a cabo su
siniestro Plan Maestro. Bailey, sin embargo, sólo mencionó Shambala y no dijo
nada sobre Agharti. Se atribuye la búsqueda Nazi de apoyo ocultista en el Tibet
a las creencias de Karl Haushofer y de la Sociedad Thule. Haushofer fue el
fundador de la Sociedad Vril, relacionada con la Sociedad Thule y fue una
influencia importante en el pensamiento ocultista de Hitler.
Las sociedades Thule y Vril combinaban creencias de varias fuentes.
Los antiguos Griegos escribieron no sólo acerca de la isla hundida de
Atlantis, sino también sobre Hiperbórea, una tierra en zonas árticas, cuando
tenían un clima tropical, cuyo pueblo migró al sur antes de que el hielo
la destruyera.
El autor sueco de finales del siglo XVII, Olaf Rudbeck, la situó en el
actual Polo Norte. Y varios otros autores afirmaban que antes de su
destrucción, se fragmentó en las islas de Thule y Ultima Thule. El astrónomo
británico, Sir Edmund Halley, también a finales del siglo XVII, lanzó la teoría
de que la tierra es hueca.
El novelista francés Julio Verne popularizó la idea en Viaje al Centro de la Tierra 1864. En 1871, el novelista británico Edward
Bulwer-Lytton, en su libro The Coming Race or Vril: The Power of the
Coming Race, describió una raza superior, la Vril-ya, que vivía bajo tierra y planeaba conquistar el
mundo utilizando el vril, una energía psico-quinética. En efecto, en 1871 se
publicó una extraña novela titulada “The Coming Race“. En ella el
narrador es conducido por un ingeniero de minas a un mundo subterráneo poblado
por una extraña raza. Ese pueblo posee un poder misterioso que le ha permitido
vivir sin maquinas y sin todos los aspectos de la civilización moderna. Ese
poder es el llamado Vril. Edward George Earle Lytton Bulwer-Lytton, 1º Barón
Lytton, nació en Londres el 25 de mayo de 1803. Su extraña colección de nombres
y apellidos fue adquirida con el tiempo. Además de tener muchos nombres, Lytton
participó activamente en política y fue un escritor famoso en su tiempo. Sus
obras eran éxito de venta. Sin embargo, luego de su muerte, en 1873, la mayoría
de sus libros quedaron en el olvido.
Al parecer, Lord Lytton fue miembro de la Sociedad Rosacruz Inglesa,
una sociedad secreta fundada en 1867 por Robert Wentworth Little. Esto no tendría
más importancia si no fuera que varios de sus libros, por ejemplo “Zanoni”,
escrito en 1842, parecen haberse escrito bajo la influencia de las ideas que
Lytton ya tenía por su anterior participación en otras sociedades rosacruces.
Un grupo de miembros de la Sociedad Rosacruz Inglesa creará, en 1887, la Hermetic Order of the Golden Dawn in the Outer, u Orden Hermética del Dorado Amanecer en el
Exterior, sociedad de la que fueron miembros Arthur Machen
y Bram Stoker, autor de Drácula. De todas maneras, los intereses
literarios de Lytton no se agotaron en el ocultismo. Escribió varias novelas
históricas, románticas y de misterio. “The Coming Race” fue traducida al
español bajo títulos como “La
Raza Futura” o “La
Raza que nos suplantará”. En “The Coming Race“, un joven estadounidense, es conducido por un ingeniero de
minas a un mundo subterráneo poblado por una raza extraña. Ese pueblo, llamado Vril-Ya, posee un poder misterioso llamado Vril. En el
libro se cuenta, entre otras cosas, que: “… Según las primitivas tradiciones, los
progenitores más remotos de la raza habitaron en un mundo en la superficie de
la tierra, sobre el mismo lugar que sus descendientes entonces habitaban…
La porción de la superficie habitada por
los antepasados de esta raza sufrió inundaciones, no repentinas, sino graduales
e incontrolables, en las que fueron sumergidos y perecieron todos, salvo un
pequeño número… Un grupo de la desdichada raza, invadida por las aguas del
Diluvio, huyendo de ellas se refugió en cavernas entre las más altas rocas y
vagando por hondonadas cada vez más profundas perdieron de vista para siempre
el mundo de la superficie… Aquella gente creía que en el vril habían alcanzado
a la unidad de las energías naturales… Puede destruir como el rayo; en cambio,
aplicado diferentemente, puede restablecer y vigorizar la vida, curar y
reservar… Del mismo extraen la luz que les proporcionan sus lámparas… La guerra
entre los descubridores del Vril cesó, por la sencilla razón de que
desarrollaron el arte de destrucción a tal grado de perfeccionamiento que anuló
toda superioridad en número, disciplina y estrategia militar… Hay en nuestros
antiguos libros una leyenda, que en su tiempo fue creída por todos, según la
cual estamos destinados a volver al mundo de la superficie y suplantar a todas
las razas inferiores que hoy lo pueblan...”
La Sociedad
Thule equiparaba Agharti con su afín Asgaard, el hogar de los dioses de la
mitología nórdica. Las tradiciones dicen que, después de un gran
cataclismo mundial, Agharti se hundió bajo la tierra. Esto concuerda con el
relato de Ossendowski. Los Arios entonces se dividieron en dos grupos. Uno fue
al Sur y fundó un centro secreto de aprendizaje bajo los Himalayas, también
llamado Agharti. Allí, ellos preservaron las enseñanzas de la virtud y del
vril. El otro grupo Ario trató de regresar a Hiperbórea-Thule, pero en vez de
ello encontró Shambala, una ciudad del mal y el materialismo. Se dice que
Agharti era el titular del sendero de la derecha y del vril positivo, mientras
que Shambala era el titular del degenerado sendero de la mano izquierda y la
energía negativa. La división de los senderos en mano derecha y mano izquierda
había aparecido ya en La Doctrina Secreta de Blavatsky. Allí, ella escribió que
en la época de los Atlantes, la humanidad se dividió en los senderos de
conocimiento de la mano derecha y de la mano izquierda, que se convirtieron en
las semillas de la magia blanca y negra. Ella no asoció los dos senderos, sin
embargo, con Agharti y Shambala. En realidad, ella no mencionó en absoluto
Agharti en sus escritos.
Los términos sendero de la mano derecha y de la mano
izquierda derivan de una división en el tantra Hindú. Los primeros escritores
occidentales a menudo representan el tantra de la mano izquierda como una forma
degenerada y lo confundieron con el Budismo Tibetano y sus enseñanzas del
tantra anuttarayoga. Según Pauwels y Bergier, la Sociedad Thule buscó
contactar y hacer un pacto con Shambala, pero sólo Agharti accedió a ofrecer
ayuda. Hacia 1926, los autores franceses explicaban, ya había colonias de hindús
y tibetanos en Munich y Berlin, llamadas la Sociedad de los Hombres Verdes, en
conexión astral con la Sociedad del Dragón Verde en Japón. La pertenencia a
esta última sociedad requería cometer un suicidio ritual japonés (hara-kiri) si
uno perdía su honor. Haushofer había pertenecido supuestamente a la sociedad
durante sus años anteriores en Japón.
El líder de la Sociedad de los Hombres
Verdes era un monje tibetano, conocido como “el hombre de los guantes verdes”, que supuestamente visitaba a
Hitler frecuentemente y que, se afirma, guardaba las llaves de Agharti.
Siguieron las expediciones anuales nazis al Tibet desde 1926 hasta 1943. Cuando
los rusos entraron en Berlín al final de la guerra, encontraron varios centenares
de cadáveres de supuestos monjes de raza Himalaya, sin documentos de identidad,
que habían cometido suicidio. Haushofer mismo se hizo hara-kiri antes de poder
ser juzgado en Núremberg en 1946. Un relato ligeramente diferente de la
búsqueda Nazi de Shambala y Agharti apareció en The
Spear of Destiny (La Lanza del Destino) (1973), del investigador
británico Trevor Ravenscroft. Según esta versión, la Sociedad Thule creía que
dos secciones de Arios adoraban a dos fuerzas malignas. Su orientación hacia el
mal provocó el ocaso de Atlantis y, posteriormente, los dos grupos establecieron
comunidades en cavernas sumergidas bajo el Océano Atlántico, cerca de Islandia.
La leyenda de Thule surgió de ellas. Un grupo de Arios seguía al Oráculo
Luciférico, llamado Agharti (Agharti), y practicaba el sendero de la mano
izquierda. El otro grupo seguía al Oráculo Ahrimánico, llamado Schamballah
(Shambala), y practicaba el sendero de la mano derecha. Notemos que Ravenscroft
decía lo contrario que Pauwels, Bergier y otros autores, que decían que Agharti
seguía el sendero de la mano derecha y Shambala el izquierdo. Esta es una
extraña contradicción. Ravenscroft continúa explicando que según la “Doctrina Secreta”, distinto al
libro de Blavatsky del mismo nombre, que se escribió en el Tibet hace unos diez
mil años, Lucifer y Ahriman son dos fuerzas del Mal, los dos grandes
adversarios de la evolución humana. Lucifer conduce a la gente a erigirse a sí
mismos como dioses y está asociado con el ansia de poder. Seguir a Lucifer
puede conducir al egoísmo, falso orgullo y el mal uso de los poderes mágicos.
Ahriman se esfuerza por establecer un reino puramente material en la tierra y
usa la lujuria sexual perversa en ritos de magia negra. Curiosamente, aunque
Blavatsky había escrito también sobre Lucifer y Ahriman, no equiparaba a ambos
ni los asociaba con Shambala o Agharti. Además, Blavatsky explicó que, aunque
se había transformado a Lucifer en un Satán puramente maligno, Lucifer tenía
poder tanto para destruir como para crear, representando a Prometeo, el Titán
amigo de los mortales, honrado principalmente por robar el fuego de los dioses
en el tallo de una cañaheja, darlo a los hombres para su uso y posteriormente
ser castigado por Zeus por este motivo. Blavatsky afirma que Lucifer
representaba la presencia portadora de luz en las mentes de todos que podía
elevar a la gente del animalismo y originar una transformación positiva a un
plano superior de existencia. Fue Rudolf Steiner, fundador de la antroposofía,
agricultura biodinámica y medicina antroposófica, quien afirmó que Lucifer y
Ahriman representaban los dos polos del poder destructor.
Sin embargo, Steiner
describió a Lucifer como una fuerza destructiva benevolente. Además, Steiner
asociaba a Lucifer con Shambala, no con Agharti y, de hecho, como Blavatsky y
Bailey, no mencionó Agharti en absoluto. Además, ninguno de los tres autores
ocultistas describió Shambala como localizada bajo tierra. Sólo Nicholas
Roerich, artista, filósofo, escritor, arqueólogo y viajero ruso, había asociado
Shambala con la ciudad subterránea de Agharti, pero habían aclarado que las dos
eran diferentes y nunca afirmó que Shambala fuera subterránea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario