lunes, 27 de enero de 2014

¿QUE ES LA SHAMBALA?



Desde 1939 a 1946 un verdadero apocalipsis se desencadenó sobre Europa y parte de Asia, causando millones de muertos, heridos y desolación. El coste humano para la antigua URSS Rusia se calcula en unos 27 millones de víctimas. Entre los aliados occidentales se ha estimado en 44 millones, mientras que en el Tercer Reich y sus aliados se estima en unos 11 millones.  Estados Unidos, que apenas sufrió bajas en su población civil, perdió a unos 400.000 ciudadanos. En total se calcula que hubo la astronómica cifra de 121 millones de víctimas que sufrieron los delirios de Hitler y sus secuaces. Pero este supuesto delirio ¿a qué se debía?¿Podemos resumir la Segunda Guerra Mundial como un enfrentamiento entre el Tercer Reich y los Aliados Occidentales? ¿O, entre Fascismo y Democracia? Y un hecho que aparece con meridiana claridad es la conexión esotérica-mística en el desarrollo del Tercer Reich, que se decía que tenía que durar mil años.

Uno de los primeros escritos que informaron sobre esta casi desconocida conexión esotérica la facilitaron los escritores/filósofos franceses Louis Pauwels y Jacques Bergier, en su magnífica obra “El Retorno de los Brujos”, que en uno de sus capítulos escribieron esta enigmática frase: “…No somos tan locos como para querer explicar la Historia por las sociedades secretas. Pero sí que veremos, cosa curiosa, que existe una relación y que, con el nazismo, “otro mundo” reinó sobre nosotros durante algunos años.

Ha sido vencido, pero no ha muerto, ni al otro lado del Rin ni en el resto del mundo. Y no es eso lo temible, sino nuestra ignorancia…“ En efecto, parece que una fuerza oscura y poderosa operaba en aquella Alemania.

Y esta fuerza, que aparentemente ayudo a Hitler a salir ileso de varios atentados, era alimentada por sociedades ocultas de raíces milenarias. La teósofa Alice Bailey afirmó que Hitler se había apropiado de la Fuerza de Shambala como “una herramienta de las Fuerzas Oscuras”, y la había usado incorrectamente para luchar contra la “Energía de la Luz”.

De forma similar a las afirmaciones de Bailey sobre la conexión entre Hitler y Shambala, varios estudios de posguerra sobre el Nazismo y el Ocultismo han llegado a la conclusión de que los Nazis enviaron expediciones al Tibet para buscar la ayuda de las fuerzas de Shambala y Agharti para llevar a cabo su siniestro Plan Maestro. Bailey, sin embargo, sólo mencionó Shambala y no dijo nada sobre Agharti. Se atribuye la búsqueda Nazi de apoyo ocultista en el Tibet a las creencias de Karl Haushofer y de la Sociedad Thule. Haushofer fue el fundador de la Sociedad Vril, relacionada con la Sociedad Thule y fue una influencia importante en el pensamiento ocultista de Hitler.

Las sociedades Thule y Vril combinaban creencias de varias fuentes.  Los antiguos Griegos escribieron no sólo acerca de la isla hundida de Atlantis, sino también sobre Hiperbórea, una tierra en zonas árticas, cuando tenían un clima tropical,  cuyo pueblo migró al sur antes de que el hielo la destruyera.

El autor sueco de finales del siglo XVII, Olaf Rudbeck, la situó en el actual Polo Norte. Y varios otros autores afirmaban que antes de su destrucción, se fragmentó en las islas de Thule y Ultima Thule. El astrónomo británico, Sir Edmund Halley, también a finales del siglo XVII, lanzó la teoría de que la tierra es hueca.

El novelista francés Julio Verne popularizó la idea en Viaje al Centro de la Tierra 1864. En 1871, el novelista británico Edward Bulwer-Lytton, en su libro The Coming Race or Vril: The Power of the Coming Race, describió una raza superior, la Vril-ya, que vivía bajo tierra y planeaba conquistar el mundo utilizando el vril, una energía psico-quinética. En efecto, en 1871 se publicó una extraña novela titulada “The Coming Race“. En ella el narrador es conducido por un ingeniero de minas a un mundo subterráneo poblado por una extraña raza. Ese pueblo posee un poder misterioso que le ha permitido vivir sin maquinas y sin todos los aspectos de la civilización moderna. Ese poder es el llamado Vril. Edward George Earle Lytton Bulwer-Lytton, 1º Barón Lytton, nació en Londres el 25 de mayo de 1803. Su extraña colección de nombres y apellidos fue adquirida con el tiempo. Además de tener muchos nombres, Lytton participó activamente en política y fue un escritor famoso en su tiempo. Sus obras eran éxito de venta. Sin embargo, luego de su muerte, en 1873, la mayoría de sus libros quedaron en el olvido.

Al parecer, Lord Lytton fue miembro de la Sociedad Rosacruz Inglesa, una sociedad secreta fundada en 1867 por Robert Wentworth Little. Esto no tendría más importancia si no fuera que varios de sus libros, por ejemplo “Zanoni”, escrito en 1842, parecen haberse escrito bajo la influencia de las ideas que Lytton ya tenía por su anterior participación en otras sociedades rosacruces. Un grupo de miembros de la Sociedad Rosacruz Inglesa creará, en 1887, la Hermetic Order of the Golden Dawn in the Outer, u Orden Hermética del Dorado Amanecer en el Exterior, sociedad de la que fueron miembros Arthur Machen y Bram Stoker, autor de Drácula.  De todas maneras, los intereses literarios de Lytton no se agotaron en el ocultismo. Escribió varias novelas históricas, románticas y de misterio. “The Coming Race” fue traducida al español bajo títulos como “La Raza Futura” o “La Raza que nos suplantará”. En “The Coming Race“, un joven estadounidense, es conducido por un ingeniero de minas a un mundo subterráneo poblado por una raza extraña. Ese pueblo, llamado Vril-Ya, posee un poder misterioso llamado Vril. En el libro se cuenta, entre otras cosas, que: “… Según las primitivas tradiciones, los progenitores más remotos de la raza habitaron en un mundo en la superficie de la tierra, sobre el mismo lugar que sus descendientes entonces habitaban…

La porción de la superficie habitada por los antepasados de esta raza sufrió inundaciones, no repentinas, sino graduales e incontrolables, en las que fueron sumergidos y perecieron todos, salvo un pequeño número… Un grupo de la desdichada raza, invadida por las aguas del Diluvio, huyendo de ellas se refugió en cavernas entre las más altas rocas y vagando por hondonadas cada vez más profundas perdieron de vista para siempre el mundo de la superficie… Aquella gente creía que en el vril habían alcanzado a la unidad de las energías naturales… Puede destruir como el rayo; en cambio, aplicado diferentemente, puede restablecer y vigorizar la vida, curar y reservar… Del mismo extraen la luz que les proporcionan sus lámparas… La guerra entre los descubridores del Vril cesó, por la sencilla razón de que desarrollaron el arte de destrucción a tal grado de perfeccionamiento que anuló toda superioridad en número, disciplina y estrategia militar… Hay en nuestros antiguos libros una leyenda, que en su tiempo fue creída por todos, según la cual estamos destinados a volver al mundo de la superficie y suplantar a todas las razas inferiores que hoy lo pueblan...”

La Sociedad Thule equiparaba Agharti con su afín Asgaard, el hogar de los dioses de la mitología nórdica.  Las tradiciones dicen que, después de un gran cataclismo mundial, Agharti se hundió bajo la tierra. Esto concuerda con el relato de Ossendowski. Los Arios entonces se dividieron en dos grupos. Uno fue al Sur y fundó un centro secreto de aprendizaje bajo los Himalayas, también llamado Agharti. Allí, ellos preservaron las enseñanzas de la virtud y del vril. El otro grupo Ario trató de regresar a Hiperbórea-Thule, pero en vez de ello encontró Shambala, una ciudad del mal y el materialismo. Se dice que Agharti era el titular del sendero de la derecha y del vril positivo, mientras que Shambala era el titular del degenerado sendero de la mano izquierda y la energía negativa. La división de los senderos en mano derecha y mano izquierda había aparecido ya en La Doctrina Secreta de Blavatsky. Allí, ella escribió que en la época de los Atlantes, la humanidad se dividió en los senderos de conocimiento de la mano derecha y de la mano izquierda, que se convirtieron en las semillas de la magia blanca y negra. Ella no asoció los dos senderos, sin embargo, con Agharti y Shambala. En realidad, ella no mencionó en absoluto Agharti en sus escritos. 

Los términos sendero de la mano derecha y de la mano izquierda derivan de una división en el tantra Hindú. Los primeros escritores occidentales a menudo representan el tantra de la mano izquierda como una forma degenerada y lo confundieron con el Budismo Tibetano y sus enseñanzas del tantra anuttarayoga. Según Pauwels y Bergier, la Sociedad Thule buscó contactar y hacer un pacto con Shambala, pero sólo Agharti accedió a ofrecer ayuda. Hacia 1926, los autores franceses explicaban, ya había colonias de hindús y tibetanos en Munich y Berlin, llamadas la Sociedad de los Hombres Verdes, en conexión astral con la Sociedad del Dragón Verde en Japón. La pertenencia a esta última sociedad requería cometer un suicidio ritual japonés (hara-kiri) si uno perdía su honor. Haushofer había pertenecido supuestamente a la sociedad durante sus años anteriores en Japón. 

El líder de la Sociedad de los Hombres Verdes era un monje tibetano, conocido como “el hombre de los guantes verdes”, que supuestamente visitaba a Hitler frecuentemente y que, se afirma, guardaba las llaves de Agharti. Siguieron las expediciones anuales nazis al Tibet desde 1926 hasta 1943. Cuando los rusos entraron en Berlín al final de la guerra, encontraron varios centenares de cadáveres de supuestos monjes de raza Himalaya, sin documentos de identidad, que habían cometido suicidio. Haushofer mismo se hizo hara-kiri antes de poder ser juzgado en Núremberg en 1946. Un relato ligeramente diferente de la búsqueda Nazi de Shambala y Agharti apareció en The Spear of Destiny (La Lanza del Destino) (1973), del investigador británico Trevor Ravenscroft. Según esta versión, la Sociedad Thule creía que dos secciones de Arios adoraban a dos fuerzas malignas. Su orientación hacia el mal provocó el ocaso de Atlantis y, posteriormente, los dos grupos establecieron comunidades en cavernas sumergidas bajo el Océano Atlántico, cerca de Islandia. La leyenda de Thule surgió de ellas. Un grupo de Arios seguía al Oráculo Luciférico, llamado Agharti (Agharti), y practicaba el sendero de la mano izquierda. El otro grupo seguía al Oráculo Ahrimánico, llamado Schamballah (Shambala), y practicaba el sendero de la mano derecha. Notemos que Ravenscroft decía lo contrario que Pauwels, Bergier y otros autores, que decían que Agharti seguía el sendero de la mano derecha y Shambala el izquierdo. Esta es una extraña contradicción. Ravenscroft continúa explicando que según la “Doctrina Secreta”, distinto  al libro de Blavatsky del mismo nombre, que se escribió en el Tibet hace unos diez mil años, Lucifer y Ahriman son dos fuerzas del Mal, los dos grandes adversarios de la evolución humana. Lucifer conduce a la gente a erigirse a sí mismos como dioses y está asociado con el ansia de poder. Seguir a Lucifer puede conducir al egoísmo, falso orgullo y el mal uso de los poderes mágicos. 

Ahriman se esfuerza por establecer un reino puramente material en la tierra y usa la lujuria sexual perversa en ritos de magia negra. Curiosamente, aunque Blavatsky había escrito también sobre Lucifer y Ahriman, no equiparaba a ambos ni los asociaba con Shambala o Agharti. Además, Blavatsky explicó que, aunque se había transformado a Lucifer en un Satán puramente maligno, Lucifer tenía poder tanto para destruir como para crear, representando a Prometeo, el Titán amigo de los mortales, honrado principalmente por robar el fuego de los dioses en el tallo de una cañaheja, darlo a los hombres para su uso y posteriormente ser castigado por Zeus por este motivo. Blavatsky  afirma que Lucifer representaba la presencia portadora de luz en las mentes de todos que podía elevar a la gente del animalismo y originar una transformación positiva a un plano superior de existencia. Fue Rudolf Steiner, fundador de la antroposofía, agricultura biodinámica y medicina antroposófica, quien afirmó que Lucifer y Ahriman representaban los dos polos del poder destructor. 

Sin embargo, Steiner describió a Lucifer como una fuerza destructiva benevolente. Además, Steiner asociaba a Lucifer con Shambala, no con Agharti y, de hecho, como Blavatsky y Bailey, no mencionó Agharti en absoluto. Además, ninguno de los tres autores ocultistas describió Shambala como localizada bajo tierra. Sólo Nicholas Roerich, artista, filósofo, escritor, arqueólogo y viajero ruso, había asociado Shambala con la ciudad subterránea de Agharti, pero habían aclarado que las dos eran diferentes y nunca afirmó que Shambala fuera subterránea.

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