lunes, 27 de enero de 2014

¿SERÁN CEMENTERIOS EXTRATERRESTRES?



Investigadores han reportado el descubrimiento de un misterioso cementerio ubicado en la región central de África, cerca de la ciudad de Kiwali, en Ruanda. Al parecer este recinto funerario fue instaurado hace aproximadamente de cinco siglos. Curiosamente no se han hallado vestigios de un asentamiento humano en las inmediaciones del antiguo cementerio, lo cual, aunado a la extraña forma de los restos, ha hecho suponer al jefe de la expedición que pudiera tratarse de seres de otro planeta.
En el lugar se hallaron cuarenta tumbas comunales que guardan cerca de 200 cuerpos. Los restos parecen pertenecer a criaturas que promedian más de dos metros de altura, con cabezas extremadamente largas, y sin presentar rastros de boca, ojos, o nariz. Los antropólogos se han aventurado a sugerir que probablemente estos seres eran de una raza extraterrestre cuyos sistemas inmunológicos no pudieron combatir las enfermedades terrestres y terminaron por morir prematuramente. Sin embargo, tampoco se han hallado rastros de lo que pudiera haber sido su nave espacial.
A pesar de que esta nota ha sido publicada en al menos una decena de medios, llama la atención que no se especifica alguna universidad o institución a la cual este ligada el grupo de antropólogos y al parecer tampoco ha sido publicado material fotográfico o en video, lo cual sin duda le resta credibilidad. Sin embargo, daremos seguimiento a la nota para verificar cualquier información que sea agregada a este supuesto suceso.
Esta no es la primera vez que se encuentran restos similares, afirma el Pravda. En verano de 1937 un grupo de científicos chinos liderados por el profesor Chi Putei exploraron las cuevas del Monte Bayan-Kara-Ula. En el interior encontraron esqueletos de cabezas demasiado largas y cuerpos extraños. Entre ellos había 176 platos de piedra. El centro de cada disco tenía un agujero del que salía una espiral con caracteres extraños encima.
A la vez, las paredes de las cuevas estaban cubiertas de imágenes del sol naciente, la luna y estrellas con una gran cantidad de puntos acercándose a un paisaje de montañas sobre la tierra.
Expertos en cifrado antiguo han tratado durante dos décadas de descubrir el acertijo. Finalmente, el profesor de la Universidad de Beijing, Zum Umniu, logró descifrar las inscripciones.
Las letras narraban que aproximadamente hace 1.200 años un grupo de objetos voladores chocaron en el lugar. Arqueólogos chinos recabaron testimonios de quienes vivían en esas montañas para certificar lo acontecido.
También en Turquía y Egipto se han hecho descubrimientos similares.

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