PRESTE JUAN, REY DE ETIOPÍA
Una de las
más famosas leyendas de la Europa Medieval fue la del PRESTE JUAN, al que se
le atribuía ser descendiente directo del Rey mago MELCHOR y que reinaba más allá de los reinos de Persia y Armenia.
Se decía que las riquezas de su reino no tenían comparación con ninguna de las
conocidas y que tanto su ejército de más de cien mil hombres, como su propia
espada estaban al servicio del cristianismo en la conquista de la tierra Santa.
La primera
mención que se conoce del PRESTE JUAN
data de 1145, enviada en una carta por Otto de Friedsing al papa Eugenio III.
Apenas pasaron unos años hasta el imperio de Bizancio recibe una carta del PRESTE JUAN, en la que el monarca hacia
mención detalla de su reino y riquezas.
Aseguraba
que entre sus súbditos no había ni pobres ni mendigos, que el hambre había sido
erradicada de sus tierras y que su palacio no necesitaba ventanas, ya que el
brillo de las piedras preciosas que lo adornaban iluminaban por si solas el
interior. El río que atravesaba sus dominios, decía en su misma carta, nacía en
el mismo paraíso de la tierra.
En pocas
palabras, su reino era un verdadero Edén rodeado por todos lados de infieles y
no faltaron los aventureros que se lanzaron en la búsqueda de tan fantástico
lugar y teniendo en cuenta los relatos que de la época se hacían, podía estar
en cualquier lugar entre África oriental y la lejana China.
Las
precarias condiciones de vida en la Europa Medieval, así como sus frecuentes
guerras alentaron los sueños de muchos viajeros, aunque se quedaron en eso, en
sueños. Para muchos europeos cristianos, encontrar el reino del PRESTE JUAN era una empresa muy
parecida a hallar el Santo Grial o el Arca de la Alianza.
Quienes más
se interesaron en encontrarlo fueron los portugueses entre los siglos XIV y XVI
como atestiguan varios mapas de la época en los que se representaba al “PRESTE JOAO” en el cuerno de África.
De hecho cuando descubrieron la civilización Etíope, estuvieron convencidos que
habían encontrado el mítico reino, aunque pronto descartaron esta posibilidad.
La búsqueda del mítico reino del PRESTE
JUAN terminó en el siglo XVI. Y la vieja Europa dejaba atrás uno de los más
grandes mitos que más inspiración dio a los viajeros de la edad media.
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