martes, 28 de enero de 2014

SIGUIENDO UNA PISTA



En un lugar de Bretaña, conocido por Camelot, existió una vez un rey poderoso llamado Arturo, en cuya corte brillaba un grupo de caballeros que se reunían en torno a una enorme mesa: la Tabla Redonda. Camelot es el nombre de la fortaleza y reino del legendario Rey Arturo, desde donde libró muchas de las batallas que jalonaron su vida. Su situación concreta se desconoce actualmente y podría ser una provincia romano-británica ficticia de la Bretaña post romana.

En las historias del Rey Arturo, Londres o Nueva Troya, es Troynavant, la ciudad del portal oriental del Rey Arturo. Y la Camelot del Rey Arturo aparentemente significa Ciudad de Marte. La ciudad fue mencionada por vez primera en el poema Lancelot, el Caballero de la Carreta, de Chrétien de Troyes, donde no parece tan importante como llegaría a ser en la leyenda artúrica. Dado que la ubicación de Camelot sigue siendo un misterio, la verdad sobre ella, si es que existió, aún se desconoce. En aquel tiempo y en aquella tierra ocurrían prodigios y maravillas sin cuento. Lord Alfred Tennyson, primer Barón de Tennyson (1809 –1892), es uno de los poetas ingleses más ilustres de la literatura universal, perteneciente al post-romanticismo.

La mayor parte de su obra está inspirada en temas mitológicos y medievales, y se caracteriza por su musicalidad y la profundidad psicológica de sus retratos. Más tarde en su carrera realizó varios intentos de escribir dramas teatrales aunque con poco o reducido éxito. La formación de Alfred, rigurosamente clásica, le fue impartida principalmente por su padre. Empezó a escribir a la edad de dieciséis y en 1827 publicó un volumen de poesía con su hermano Charles, Poems by two brothers.

Asistió a la escuela de gramática ‘King Edward I y en 1828 ingresó en el Trinity College en Cambridge, donde ganó la medalla de oro del premio ‘Chancellor‘. Conoció a Arthur Hallam y pasó a formar parte junto con éste de los Apóstoles de Cambridge, una sociedad secreta que pretendía formar una élite intelectual. Más tarde, en 1830, Tennyson publicó ‘Poems, chiefly lyrical’.  Uno de sus poemas dice: “Oh, hermano, ¡ojalá hubieras conocido nuestro imponente recinto, el que Merlín construyó para Arturo hace mucho tiempo! Hay que trepar por todo el monte de Camelot y por toda la pálida ciudad con sus riquezas, techo por techo / torre tras torre, espira tras espira por el huerto y el jardín, por el prado y el apresurado arroyo hasta alcanzar el empinado recinto que Merlín levantó y cuatro zonas de esculturas entre ellos con muchos símbolos místicos se adorna el recinto”.

Del rey Arturo y de sus caballeros de la Tabla Redonda partió una caudalosa mitología que nutriría, narrada o leída, la fantasía de muchas generaciones medievales.  Las primeras referencias sobre Arturo se encuentran en las literaturas célticas, en poemas galeses como Y Gododdin. El primer relato de la vida del personaje se encuentra en la Historia Regum Britanniae, de Geoffrey de Monmouth, quien configuró los rasgos principales de su leyenda. Monmouth presenta a Arturo como un rey de Gran Bretaña que derrotó a los sajones y estableció un imperio en las islas Británicas. En su relato aparecen figuras como el padre de Arturo, Uther Pendragon y su consejero, el mago Merlín, así como la espada Excalibur. Se menciona también el nacimiento de Arturo, en Tintagel, así como su batalla final contra Mordred, en Camlann, y su retiro posterior a la isla de Ávalon, junto a su hermana Morgana, una hechicera entrenada por Merlín.

A partir del siglo XII, Arturo fue el personaje central de un ciclo de leyendas, apareciendo en numerosos romances en francés.  Chrétien de Troyes añadió otros elementos esenciales a su leyenda, entre ellos la figura de Lanzarote del Lago y la relación con el Santo Grial.  Después de la Edad Media la literatura artúrica experimentó un cierto declive, pero resurgió durante el siglo XIX y continúa viva a comienzos del siglo XXI, tanto en la literatura como en otros muchos medios. De entre todas las versiones del relato, la más leída de entre las antiguas es “La muerte de Arturo”, de Thomas Malory, que es, en palabras de Larry D. Benson, “La única obra literaria inglesa escrita entre Chaucer y Shakespeare, que aún hoy en día es leída con renovado fervor y placer”.  Sir Thomas Malory (1399 –1471) fue el autor o el compilador de La muerte de Arturo.

Existen varias hipótesis sobre la identidad de Malory, aunque la más aceptada dice que se trata de un inglés de Newbold Revell, en Warwickshire. El apellido Malory aparece con diferentes grafías, incluyendo Maillorie, Mallory y Maleore. El apellido se originó en el antiguo adjetivo francés maleüré, que significa ‘de mal augurio’ o ‘desafortunado‘. Pocos datos se saben ciertos de la historia de Malory. Probablemente nació alrededor de 1416 aunque algunos eruditos sugieren una fecha anterior.

Educado como un hombre rico en Warwickshire, sirvió a las órdenes del famoso conde de Warwick, junto al que luchó en Calais en 1436. Bajo el mecenazgo y ejemplo del conde (descendiente del legendario Guy de Warwick), a Malory le fue bien. En 1445 fue miembro del parlamento (representante al gobierno del condado de Warckwickshire). Mas de ahí en adelante su vida se tornó menos honorable, pues fue durante la Guerra de las Dos Rosas, que asoló su tierra durante largos años, cuando apoyó al bando de los perdedores. En nombre de los partidarios de los Lancaster, saqueó y arrasó y se comportó de forma cruel y temeraria.

Al fin, tras ser vencidos, Malory se encontró en una situación desesperada, pues había contraído grandes deudas para costear la guerra y había sido acusado de bandidaje y violaciones. En los años posteriores saqueó la abadía de Combe e intentó asesinar al Duque de Buckingham. Murió en prisión en marzo de 1471 de una crisis respiratoria, menos de dos años después de completar su gran libro. Se puede decir que con la muerte de Malory la caballería se topó con su fin. Escapó de la cárcel en dos ocasiones, una vez luchando con una gran variedad de armas y cruzando a nado un foso. Fue preso en varios lugares de Londres, pero salió varias veces bajo fianza. Nunca fue juzgado por los cargos que se le habían imputado.
En la década de 1460 fue perdonado al menos una vez por el rey Enrique VI. Pero, más a menudo, fue expresamente excluido del perdón tanto por Enrique VI como por su rival y sucesor, Eduardo VI. Está claro, por los comentarios que hace Malory al final de algunas secciones de su narrativa, que compuso al menos parte de su obra mientras estuvo en prisión. La descripción que hace de él mismo en el colofón de la muerte de Arturo ha llevado a especular sobre la posibilidad de que fuera un sacerdote, aunque esto no está generalmente aceptado.

Se trata de una reelaboración de todos los textos franceses e ingleses, entre los cuales están el Lanzarote-Grial y el Brut, de Layamon, que Malory tenía a su disposición, sobre la vida del rey Arturo. Fue acabado en 1469 y publicado por William Caxton, en 1485. Muy probablemente esta obra es el texto que más ha influido en la visión posterior de la leyenda del rey bretón. La obra de Malory representa la transición del romance (libro de aventuras medieval) a la novela moderna. Infunde en sus historias arturianas una moralidad caballeresca.

El estilo es fácil de entender para el lector moderno. Muchas obras modernas toman ideas de la obra de Malory. Así, el libro de Alfred Tennyson, The Lady of Shalott (La dama de Shalott). Un joven Malory aparece como personaje al final de la novela de Terence H. White, The Once and Future King (1939), publicada como Camelot, libro basado en La muerte de Arturo. Esta participación inesperada del propio autor se incluye en el musical de Broadway, Camelot. En sus obras están basados los guiones de películas artúricas, como Los caballeros del rey Arturo (1953), dirigidas por Richard Thorpe, y Excalibur (1981), de John Boorman. Juan Eslava Galán es un escritor español del género histórico, tanto de ficción como de no ficción. Ha publicado algunas novelas bajo el seudónimo de Nicholas Wilcox. Hijo de olivareros, estudió en los colegios de Arjona hasta que, al cumplir los diez años, su familia se trasladó a Jaén para proseguir el bachillerato. Estos primeros años de estudios quedaron plasmados en su novela Escuela y prisiones de Vicentito González.  Cursó Filosofía y Letras en la Universidad de Granada, licenciándose en Filología Inglesa, y luego realizó un viaje al Reino Unido con el objetivo de ampliar sus estudios. Allí estuvo viviendo en Bristol y Lichfield, y fue alumno y profesor asistente en la Universidad de Aston, Birmingham.

A su regreso obtuvo una cátedra de Instituto de Bachillerato y, posteriormente, se doctoró en la Universidad de Granada con una tesis sobre Poliorcética y fortificación bajomedieval en el reino de Jaén. Su novela más conocida es En busca del unicornio, que ganó el Premio Planeta en 1987, impulsando notablemente su carrera literaria. Se declara un apasionado de la Edad Media, como puede verificarse fácilmente por la temática de su obra. Su bibliografía comprende más de cincuenta libros y ensayos, entre los que destacan su muy irónica Historia de España contada para escépticos El catolicismo explicado a las ovejas, entre otros muchos títulos.  En su obra “Los templarios y otros enigmas medievales“, en que he basado parte de este artículo, Juan Eslava Galán analiza la historia del Temple, sus reglas, sus costumbres y el origen de sus leyendas. Este libro ofrece además un ágil y entretenido recorrido por otros enigmas medievales, tales como  ¿Existieron el Rey Arturo y sus caballeros de la Tabla Redonda?, ¿Qué era el Santo Grial? o ¿Quiénes fueron los cátaros?

Historia Regum Britanniae (Historia de los reyes de Bretaña, en latín) es una crónica histórica de Gran Bretaña, escrita por el galés Godofredo de Monmouth, entre los años 1130 y 1136. El libro reseña cronológicamente las vidas de los reyes de los bretones, comenzando con los troyanos que escaparon de la guerra de Troya y se supone fundaron la nación británica. Y termina cuando los anglosajones tomaron el control del país en el siglo VII. Se trata de una de las piezas centrales de la materia de Bretaña.

De todos modos, en el libro hay grandes inexactitudes en los eventos que relata. Pero es una valiosa obra de literatura medieval, que contiene la más antigua versión conocida de la historia del Rey Lear y sus tres hijas. Ayudó a que los lectores que no hablaban galés conocieran la leyenda del rey Arturo. Gozó de gran éxito durante la Edad Media, así como su principal traducción al romance: el Román de Brut, del poeta Wace. La Historia comienza con el troyano Eneas, quien según la leyenda romana se asentó en Italia tras la Guerra de Troya. Su nieto Bruto es exiliado y, tras un periodo vagando sin rumbo, es elegido por la diosa Diana, quien le ordena que se asiente en una isla en el océano del oeste, que por su causa se llamó Britania.

La historia continúa cronológicamente, contando entre los gobernantes a Bladud, que tuvo poderes mágicos e incluso intentó volar; Leir de Britania, que dividió el reino entre sus tres hijas, según el amor que cada una de éstas le profesaba, una historia que Shakespeare usó en su tragedia El Rey Lear; y Dunvallo Molmutius, que codificó las Molmutine Laws. Los hijos de Dunvallo, Belinus y Brennius, lucharon en una guerra civil antes de volver a reconciliarse, y saquearon Roma. Los intentos de Julio César de invadir Britania fueron frenados por Cassivellaunus.

Tenemos noticia de un rey llamado Cunobelinus, en quien Shakespeare basaría su obra Cimbelino.

Tras el intento de César, sería Claudio quien se enfrentase con los hijos de Cunobelinus, invadiendo la isla. El linaje de los reyes británicos continúa bajo la ley romana, e incluye a Lucio de Britania, primer rey cristiano de la zona, y un gran número de personajes romanos: entre ellos, el emperador Constantino I, el usurpador del trono Allectus y el comandante militar Asclepiodotus. 


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