Cusihuiriachi,
cuyo significado es Estandarte Vertical o Palo Erecto, población del estado de
Chihuahua que durante el siglo XVII se encontraba en pleno apogeo minero, se
fundó en el año de 1687.
Se habían
descubierto ricos yacimientos de plata, y el pueblo prosperaba hasta alcanzar
los veinticinco mil habitantes.
Una de
las nuevas minas descubiertas llevaba el nombre de Santa Marina y se encontraba
situada frente al Santuario de la Virgen de Guadalupe, erigido ex profeso
cuando se abrió la mina, Un cierto minero se apresuró a poner una tienda junto
al Santuario, y a rentar cuartos para los viajeros que llegaban a la mina y al
pueblo de Cusihuiriachi.
En cierta
ocasión llegó a la tienda un caminante con una mula que llevaba a cuestas un
cajón de madera.
Como
venía hambriento, le pidió al tendero que cuidase su mula mientras buscaba una
fondilla donde comer algo que apaciguara su hambre.
Pasaron
varias horas, y como el hombre no regresaba, el tendero decidió quitarle a la
mula el cajón de sus lomos, pues el animal parecía verdaderamente cansado.
Cuando
llegó la noche, el tendero cerró su tienda y guardó la mula. Al día siguiente, la
mula había desaparecido y el viajero aun no regresaba.
Pasaron
los días y el tendero decidió abrir el cajón.
Sorprendido,
se encontró con una imagen tallada del Cristo Nazareno.
Como era
muy hermoso, los pobladores lo colocaron en el altar del Santuario.
Al otro
día, el Cristo se encontraba fuera del templo; lo volvieron a su lugar, pero el
Nazareno volvió a aparecer afuera; este hecho se repitió muchas veces.
Ante este
extraño suceso algunas personas velaron frente al templo para averiguar qué era
lo que pasaba, pero nada pudieron ver, pues fueron vencidas por un profundo
sueño.
Los
feligreses pensaron que al Cristo no le gustaba el Santuario y lo trasladaron a
la iglesia de Santa Rosa de Lima, la más antigua del pueblo y donde había
estado la primera mina.
Al
Nazareno le gustó su nueva morada, nunca más volvió a salirse y se dedicó a
hacer muchos milagros, por lo que los creyentes, desde entonces hasta ahora, le
llevan obsequios de toda índole, aunque principalmente ex votos de plata.
Algunos
habitantes del pueblo de Cusihuiriachi afirman que la imagen del Cristo aun se
mueve, pero regresa a su altar a recibir la pleitesía de sus devotos a cambió
de sus favores y milagros que no son pocos.
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