jueves, 18 de junio de 2015

LOS COLGADOS




En el año de 1841 se fundó una fábrica de textiles en Buenavista, Nayarit. Su dueño, un español de nombre José María Castaños, la edificó a la manera de una existente en Bélgica.


Los trabajadores de la fábrica sufrían la terrible explotación del gachupín, que les sometía a largas jornadas sin ningún tipo de seguridad en el trabajo, por lo cual se producían numerosos accidentes entre los obreros.


Cansados de tanta explotación y de recibir una miseria de salario, los empleados de José María decidieron un día irse a la huelga.


Dicha acción provocó la cólera del dueño, quien amenazó a los trabajadores con el despido y la cárcel si no volvían a sus labores.


Pero éstos no cejaron en su empeño y continuaron con la huelga, que se dice fue la primera en México.


Al poco tiempo, los dirigentes laborales fueron apresados, torturados y ahorcados frente a la fábrica, para escarmiento de todos los demás obreros.


De los árboles colgaban los principales líderes, mientras sus esposas e hijos lloraban a los pies de los colgados.


La leyenda cuenta que desde entonces en las noches se escuchan el sonido regular de las máquinas textileras, los terribles lamentos de los obreros asesinados y pueden verse dentro del edificio en ruinas los fantasmas de hombres trabajando y sollozando, algunos que se pasean por los múltiples pasadizos de la fábrica buscando a don Chema para hacerle pagar su nefasto crimen.

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