Las causas de muerte pueden ser:
naturales, violentas y sobrenaturales.
Las naturales obedecen a alguna enfermedad (predominan en la región las
enfermedades gastrointestinales y las bronco respiratorias).
Las violentas se deben al hecho desafortunado de caer en un río, pozo,
quemado por un rayo, homicidio (es muy común el asesinato a pedradas o por arma
punzocortante).
Las sobrenaturales, en los adultos, obedecen a brujerías realizadas, a
través de individuos que saben "hacer daño". Estos brujos pueden ser
hombres y mujeres. En los recién nacidos la muerte por causas sobrenaturales se
debe a que los "chupa la bruja", la cual generalmente se ensaña con
los neonatos sin bautizar. Este último grupo de bruja, compuesto siempre por
mujeres, se acomoda más dentro de concepto de nagual, y para lograr sus fines
se transforma en lagartija, guajolote, perro, etc. Para contrarrestar sus
efectos se colocan en lugares estratégicos de la vivienda y cerca de la
cabecera del infante, tijeras abiertas, agua bendita, oraciones impresas.
Dichos objetos sin embargo, resultan en ocasiones insuficientes para detener a
tan maligno ser.
La idea católica de la supervivencia, se entremezcla con las antiguas
tradiciones prehispánicas, a pesar de que se piensa que el destino del alma es
el señalado por el pensamiento cristiano. De este modo, tenemos que los buenos
van al cielo, donde se encuentra el "trono de la justicia".
Muchas comunidades colocan en ese lugar junto a Dios, al Santo Patrón.
El alma de los malos va al infierno. Poco se habla del purgatorio (aunque en
los rezos se le menciona) El alma de los niños que mueren sin bautizar va al
limbo. Si han recibido ese sacramento, van directamente al cielo, en donde se
convierten en "Angelitos".
Ante la incertidumbre acerca del destino del alma, debe rezársele a los
muertos temporalmente, recordándoles de este modo para ayudarlos a una mejor
estancia en el más allá. Los festejos, los rezos y las ofrendas que se les
hacen los días de difuntos esto tinados a proporcionar este tipo de ayuda.
Los muertos siguen teniendo contacto con los vivos, predomina de esta
manera la creencia de que aquellos que perecieron en forma violenta, se
aparecen para asustar a los vivos, y es común escuchar de labios de los
vecinos, relatos sobre apariciones que han sufrido de alguna persona que murió
ahogada, asesinada, etc.
Es también frecuente oír que los parientes muertos y que han sido
olvidados, se aparecen en sueños donde piden a sus familiares que recen por
ellos. En cuanto se les ofrece una misa o se les dedican oraciones, no vuelven
a presentarse, lo que indica que fueron de utilidad los rezos ofrecidos.
Los muertos llegan también a coaccionar a una persona para que observe
buena conducta, así pueden aparecerse la primera vez, para amonestar y a modo
de ver la segunda para llevarse consigo al transgresor de las normas de
comportamiento.
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