La imagen
del Señor de las Misericordias, Santo Patrono de Tlalnepantla, fue regalada por
el rey Carlos V a Hernán Cortés , quien a su
vez la donó al convento de San Francisco, de México.
De allí
fue traída provisionalmente a la iglesia de Tenayuca, y luego a la capilla
abierta del Convento de Corpus Christi, en Tlalnepantla.
En 1666,
al ocurrir un incendio en la iglesia, el Cristo de las Misericordias se salvó
milagrosamente, pues habiéndose quemado la cruz que lo sostenía, la escultura
sólo registró quemaduras en la espalda, semejantes a ámpulas en carne viva, por
lo que fue llamada el "Señor de las
Ampollas".
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