Existen los que
creen que realmente no han vivido, porque el amor no han sentido; no saben lo que es sentirse
amados, nadie se los ha enseñado; tal vez no han reído ni llorado; su
interior está vacío, nada han
recibido ni entregado, por eso causan daño, sin saber muchas veces lo que hacen, tan solo porque
no han conocido el amor ni lo han experimentado.
Pero mientras
sentimos que estamos amando, ya sea riendo o llorando, es cuando
realmente concebimos que nuestro corazón está latiendo, que tenemos
sentimientos, que intensamente estamos viviendo.
Quienes no aman,
no le encuentran sentido ni valor a la vida, porque es el amor quien le da al existir una
razón.
Sino puedes hacer
lo que amas, ama lo que haces; ama a todos los que encuentras en camino, más aún a los que no
te aman, porque quizás no lo han aprendido; ama tu vida, ama la creación; en
ello está una prueba
enorme del inmenso amor que nos ha tenido Dios, y si lloras por amor y aún así
sigues amando, es porque has comprendido lo que realmente significa amar como
Aquel que
amándonos al
extremo, su vida por amor supo entregar. Eso es vivir por siempre, eso es
amar por toda la eternidad.
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