FRANCISCO GABILONDO
SOLER nació en Orizaba, Veracruz; 6 de octubre de 1907 Murió en Texcoco, Estado
de México; 14 de diciembre de 1990. Fue un compositor mexicano de
canciones infantiles, hijo de Tiburcio Gabilondo y Emilia Soler, famoso por
presentar un programa de radio enfocado a los niños por muchos años para el
cual creó el personaje Cri Cri, el grillito cantor. Sus canciones son famosas
en Latinoamérica y han sido traducidas a distintos idiomas.
Francisco Gabilondo Soler Cri-Crí tuvo en su abuela, Emilia
Fernández, a la musa de sus canciones: con ella no sólo escuchó los primeros
cuentos musicales, acurrucado en su regazo, sino que su casa le sirvió de
inspiración para que compusiera, entre otras, "La Muñeca Fea",
"Chong Ki Fu" y "El Chorrito".En Orizaba, Veracruz, según
costumbre de la época, las abuelas se ocupaban de los nietos. Y en el caso de
Gabilondo, la separación de sus padres, cuando él era apenas un niño, obligó a
que esa relación se fortaleciera."Cuando mi bisabuela (mamá de Cri Crí) se
separó de su esposo, fue un gran escándalo. Era 1917 y uno se puede imaginar lo
que pasó. Entonces su mamá se vino a la Ciudad de México y él, que tenía 12
años, se quedó en Orizaba."De ahí que tenga recuerdos muy fuertes de esos
años que lo impactarían, mismos que ocupó años después para hacer lo que
hizo", recuerda Óscar Gabilondo, nieto de "El Grillito
Cantor".La relación entre ambos fue tan fuerte que ya siendo adulto,
Francisco recurrió a los recuerdos de infancia para escribir una buena parte de
sus canciones."Mi tatarabuela fue una parte vital en su vida, fue su musa.
Seguramente en algunas ocasiones, para tenerlo tranquilo, ya que era muy
inquieto, le bailaba algunas de las historia que contaba", dice Óscar
Gabilondo.
En la casa de la abuela
de Cri Crí, existía una fuente con un problema que ocasionaba "El
Chorrito" cada vez que alguien bombeaba para sacar agua de su interior, y
que mojaba el camino por el que pasaban las hormigas, según recuerda el nieto
del famoso compositor. Y en un librero se encontraba un jarrón que tenía
"un chinito en las garras de un dragón", de donde salió la letra de
"Chong Ki Fu". Por supuesto, también había un ropero de la abuela,
que daría el título a una de sus más emotivas composiciones, y en cuyo interior
se encontraba la espada de su abuelo, el coronel José Antonio Soler del Mazo. Eso
sin contar a una muñeca de nombre Mía, que era muy preciada por las niñas de la
zona, pero que con el tiempo fue abandonada en un rincón. Ahí, en casa de su
mamá sustituta, también el niño vio por vez primera un piano, instrumento que
en su madurez ocuparía para musicalizar las letras que surgían de su mente. Por
las mañana, Gabilondo Soler y su abuela caminaban a un establo cercano para
traer leche fresca."Le decía que la acompañara con Doña Robustina, como se
llamaba una vaca, para comprarla.
La historia se puede
escuchar en La Lecherita", comenta, Óscar Gabilondo. Y en ocasiones, ambos
viajaban al Puerto de Veracruz, lugar en el que se inspiró para "Negrita
Cucurumbé" y "Cleta Domingo".
Francisco Gabilondo
Soler se encontraba ya viviendo en la capital del País cuando se enteró de la
muerte de su abuela en la ciudad veracruzana, de la que se tiene poca
información. Jamás platicó sobre sus sentimientos acerca de eso.
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