Cerca
de la ciudad de Cuautla en el estado de Morelos, existe la llamada Ex Hacienda
de Coahuixtla, la cual fue fundada por frailes dominicos en el año de 1587,
misma que hoy se encuentra abandonada, ruinosa y pintarrajeada. En sus buenos
tiempos esta hacienda fue muy próspera, y una de las más importantes de la
región.
En
ella laboraba una mujer extraordinariamente hermosa. Por supuesto que los
pretendientes no le faltaban; sin embargo, la bella mujer no le prestaba
atención a ninguno; bien porque no le gustaran, bien porque no los consideraba
a su altura.
Un día que se estaba
bañando en el río, se encontró con un hombre que tenía toda la facha de
forajido. Iba montado en un hermoso caballo negro de considerable tamaño. Al
verla, el jinete se ofreció a llevarla a su casa, pero la dama se negó.
Finalmente, ante la insistencia del hombre aceptó y se montó a la grupa del
equino.
Al llegar a la hacienda se
despidieron y la joven pensó que ahí terminaba toda relación. Sin embargo, el
jinete del caballo negro volvió varias veces a buscarla para cortejarla, hasta
que logró hacerla su amante.
Poco
después, la chica quedó embarazada, y el galán puso pies en polvorosa y
desapareció.
Cuando
la mujer cumplió seis meses de embarazo, el niño nació.
Era
un bebé muy listo, diferente a los demás niños, raro. Cuando el muchachito
cumplió seis meses de edad, la madre decidió bautizarlo y escogió como madrina
a su mejor amiga.
Cuando
se dirigían a la iglesia donde iba a tener lugar la ceremonia bautismal, la
madrina llevaba en brazos al nene. Cuando estaban por cruzar un río el niño
habló y dijo: -¡Madrina, ya soy capaz de hablar, incluso tengo dientes, y tengo
la intención de matarte! Dicho lo cual dio un brinco, saltó al río, se metió en
una piedra y desapareció.
Este extraño personaje se
trataba nada menos que del hijo del Diablo.
Todos
sabían en la región que el pequeño Diablito se aparecía en la hacienda, hacía
travesura y media, asustaba a los trabajadores, e incluso mataba a las personas
que pasaban junto a él.
En estos tiempos, el
Diablito maligno vive escondido en los túneles de la antigua hacienda, y sale
para efectuar sus fechorías por las noches y aun a pleno día.
En
ocasiones se pone a llorar con su llanto de bebé por los caminos de la región;
cuando alguien le encuentra y lo levanta en brazos para llevarlo a algún
hospital o a la policía, el Diablito lo muerde con sus dientes, lo cual ocasiona
mucho daño, ya que cuenta con varias hileras de ellos.
Una
vez que mordió a la persona elegida, con voz ronca e impropia de un nene, dice
una sarta de groserías, amenazas y maldiciones. Es un ser terrible y maligno
que nadie desea encontrarse.
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