Hoy hago un
inventario de mis bendiciones y mientras muchos se detienen a pensar en aquello que no poseen, quiero
agradecer por todo lo que he recibido
y no añorar por lo que he carecido. Se me ha dado un día más de vida, respiro, camino, tengo manos con
las que abrazo, construyo,
trabajo, escribo. Hay tantos que no tienen esa
oportunidad,
poseen sus días contados, amenazados por una enfermedad Terminal; y qué decir de aquellos que sin
extremidades superiores o inferiores,
dan al mundo una lección de superación, nada los detiene,
descubren en sí mismos el amor y la perfección de Dios.
Hoy me
siento feliz por contemplar tantas maravillas que me rodean y que
a diario me he de encontrar, la diversidad de la naturaleza, los rostros
de los seres que más he de amar, el camino que recorro, la sonrisa
de los niños, el sol, la luna, las estrellas y hasta más…
Pido
perdón por las veces que cayendo en la rutina, no me doy cuenta de todo ello y me pasan por desapercibido, me
dejo envolver por la cotidianidad,
mientras hay tantos que darían la vida por ver así sea una flor por un instante y poder salir así
sea un segundo de su eterna
oscuridad.
Qué hermosa
bendición es percibir la música, el roce de las hojas, el
rugir de las olas del mar, el canto de aquel pajarito que diariamente
me regala su melodía, aunque se confunda entre todas las voces
que rompen el silencio del tiempo y la eternidad. Hoy también tengo
la oportunidad de moverme, valerme por mí mismo, caminar y aunque
en ocasiones pueda sentir dolores, o percibir de mi cuerpo su fragilidad en la enfermedad; sigo vivo, mi
corazón sigue latiendo, he
ahí la mayor prueba de que permanezco, estoy luchando y venciendo.
Miro a mi
alrededor y observo en el libro de mi historia personal los
nombres de tantas personas que han quedado grabados en mi alma, por lo que le han aportado a mi vida, por los
momentos compartidos, por adornar
mi existir y hacerme sentir la maravillosa experiencia de tener familia, maestros y amigos con ellos
he reído y llorado, quizás
algunos se han ido, han dejado páginas inconclusas, me habrán herido, pero a través del dolor logro saber
lo que realmente significa la
amistad y el amor, le dan sentido a esos sentimientos, le ponen color y sabor. ¿Qué más puedo hacer?
Agradecer el que existan
personas que hagan estremecer y hacer sentir vivo a mi corazón.
Tengo tanto
que no logro terminar nombrar y de dar gracias a Dios, porque además de todo
eso, no me falta techo, vestido ni pan;
disposición y talento para trabajar, creatividad para el arte, capacidad para crear, todo se me ha dado de
gratis, tan solo porque Dios me ha
de amar y si no tuviera algo de todo eso sé que poseo
lo
más importante, como la oportunidad de vivir un día más, eso me basta, con ello siento que he vencido, que no
he renunciado a pesar de
cualquier momento que me haya estremecido; nada me puede detener, si tengo fe y me dejo mover por la fuerza del
amor, disfruto y aprovecho
todo lo que a diario recibo, vivo en paz con Dios mi Creador, el cosmos, la humanidad y conmigo.
Y al pensar
así sea un instante en lo que me hace falta, siento más emoción
en el alma porque redescubro que al no tenerlo todo, puedo soñar
y luchar por hacer mis sueños realidad. ¡Qué gran aventura!
¿Qué
más puedo pedir? GRACIAS DIOS MIO POR TODO ESTO Y MUCHO MAS.
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