La ciudad de Abasolo se
encuentra en el estado de Guanajuato, en la parte baja de la Sierra de
Huanimaro, lugar donde puede apreciarse una formación rocosa conocida como El
Cerro de los Tres Picachos.
Es común que muchos de los
habitantes de Abasolo vayan a pasear a un bello valle situado detrás de estos
famosos picachos los días sábados y domingos, pero sobre todo los días que
anteceden a las festividades patrias del mes de septiembre.
Es costumbre ya antigua que
el día 13 de septiembre las personas de Abasolo acudan al valle llevando los
implementos necesarios para construir enramadas.
Un día 13 del año de 1933,
cuando un grupo de personas se alistaba a subir a los picachos, vieron que
sobre el cerro se encontraban una nubes densas y oscuras que se movían
tenebrosamente.
Al poco rato, empezó a
llover torrencialmente, fuertes vientos huracanados se sentían, todo se
oscureció, solamente se oían los espantosos ruidos que causaban los truenos, y
se veía relampaguear en lo alto del cielo.
Cuando estaba lo más fuerte
del fragor de la tormenta, los mojados y azorados visitantes vieron a un
extraño hombre, muy bien vestido con un traje negro, que saltaba de un picacho
a otro con la agilidad de una cabra. A cada salto que el siniestro hombre daba,
la tormenta arreciaba.
Cuando un relámpago lo
permitió, las personas pudieron ver al extraño ser con más claridad, vieron sus
enormes cuernos, su cara roja y horrorosa y unas horripilantes pezuñas: era
nada menos que el Diablo en persona.
Todos corrieron despavoridos
ante la aparición del Chamuco.
Desde entonces al valle le
nombraron El Salto del Diablo.
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