Uno de los platillos más vistosos y representativos de Linares,
N.L. son las tortas compuestas. Nadie sabe con exactitud desde cuándo se
prepara, quién lo inventó, pero según algunas versiones, fue una monja del
Colegio Modelo quien las dio a conocer, pues ella había llegado de otra parte
del país y conocía la receta.
Otra versión explica que dichas
tortas son típicas de Guadalajara y quien trajo la receta a Linares fue la
Srita. Fidelfa de la Garza que junto con otras personas comenzó a prepararlas
para las fiestas de la iglesia de San José.
Sea cual sea la versión correcta, es sabido que tanto en esa
institución educativa como en las iglesias han conservado la tradición de
prepararlas y venderlas en las kermeses.
Las tortas compuestas tienen
como base la mitad de una “margarita” pan de media noche que se baña con salsa
de chorizo entomatada y se le agrega picado de papa, zanahoria, huevo duro y
orégano; también puede añadírsele betabel y/o
chícharos como variante. Quien las prefiere con chile, les agrega chile del
monte raras veces se les pone salsa picante.
A simple vista, las tortas compuestas parecen ser
un platillo sencillo de preparar, pero lo cierto es que es muy minucioso y toma
mucho tiempo. Por esta razón, poca gente las
elabora y de cierto modo ha quedado relegado a ocasiones especiales, como son
las kermeses y las fiestas religiosas.
Es común que cuando el Colegio Modelo, la Casa Parroquial o el Seminario van a preparar tortas compuestas,
llamen a sus clientes y amigos para vendérselas bajo pedido, y nadie
desaprovecha tal oportunidad.
Para quedar satisfecho con estas tortas se recomienda comer por lo
menos tres, y tienen la peculiaridad de ser tan deliciosas que uno quisiera
seguir comiéndolas. Por lo general se comen frías, por lo tanto son un platillo
muy fresco, además de muy lucidor por su colorido.
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