Cuenta una
leyenda que el diablo se iba a llevar a su casa una piedra; después de que la
hubo atado con mecates, trató de arrancarla del suelo de lava Volcánica donde
estaba, pero fue tanto su esfuerzo que dejó marcadas las costillas, y al no
poder cargarla antes de que el gallo cantara, la abandonó.
Otra
leyenda asegura que existen túneles que van desde el Colegio Jesuita hasta
distintas haciendas y parroquias de la periferia.
Asimismo,
se habla de una campana encantada; al respecto, cuentan que cuando fueron
colocadas las campanas en la torre grande, en 1762, una de ellas cayó y se
hundió en el suelo, quedando allí encantada.
En 1914,
cuando llegaron al pueblo los carrancistas, se dice que trataron de sacarla
pero que fue inútil, ya que entre más escarbaban, aquella más se hundía.
Se habla
también de que en los cerros hacen sus sesiones las brujas y que después salen
a chupar la sangre de los niños pequeños, principalmente de aquellos que no
están bautizados.
También
se cuenta de un jinete vestido de negro, con botonadura de oro, que se aparece
en algunos caminos, sobre un caballo negro, de cuyos cascos y cola salen
chispas; aseguran que seduce con su riqueza a la gente codiciosa.
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