jueves, 22 de septiembre de 2016

EL OJITO DE AGUA DE TOTOLAPAN



El pueblo de Totolapan se encuentra situado en el norte del estado de Morelos, se trata de un pueblo chiquito de tan solo nueve mil habitantes.
Su nombre significa “totol en el agua”. Su tradición oral es muy variada, y a las leyendas le llaman “encantos”. 
Una leyenda nos narra que en el siglo XVII, había en la iglesia del pueblo un hermoso Cristo, al que todo el pueblo adoraba por milagroso.
En una ocasión el Cristo fue robado por los que habitaban en el poblado de Iztapalapa, a fin de que detuviese una terrible epidemia de peste bubónica que les aquejaba.
Pero el Cristo no estaba conforme con el cambio, y cierto día apareció al lado de él, en el altar donde fuera colocado, una carta que decía: -¡Por favor, llévenme a Totolapan, a mi pueblo, pues yo no soy de acá! Así sucedió varias veces, junto al lastimero Cristo aparecía la fatídica carta pidiendo que lo llevasen a su pueblo de origen: Totolapan.
Después de mucho pedir a los ladrones de Iztapalapa que devolviesen el Cristo, decidieron llevarlo de vuelta a Totolapan.
En el viaje, emprendido por toda una procesión encabezada por el Nazareno, los que lo llevaban cargando tenían muchísima sed, los peregrinos se desmayaban de sed, y todos se encontraban desesperados porque no encontraban agua y creían que morirían; entonces, el sacerdote que los iba guiando se hincó para rezar y, en ese momento,  escuchó la voz de la imagen de Cristo que les decía: -¡Aproxímense, porque aquí hay agua!

En una ocasión, un rico hacendado quiso desviar el agua para llevársela a su hacienda y regar sus plantíos, pero el ojo de agua inmediatamente se secó, como por arte de magia. Cristo no brindaba el agua para una sola persona, sino para calmar la sed de quien la necesitara en el camino.
El Cristo regresó a Totolapan, donde se encuentra hasta ahora, donde sigue haciendo milagros a quien se lo solicita debidamente, y el ojo de agua ha vuelto a tener agua para quien la necesita.

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