viernes, 9 de septiembre de 2016

EL CENOTE ZACI



En la ciudad maya de Zaci, Gavilán Blanco, como se denominaba a la ciudad que hoy conocemos como Valladolid, se encontraba un hermoso cenote que llevaba el mismo nombre.
En la parte de arriba, junto al cenote, vivía una curandera, patrona de la familia cocome, Los del Linaje de la Paloma Torcaz. Se trataba de una mujer vieja y poderosa.
El gobernante de la ciudad, el Halach-Huinic, el Hombre Verdadero, perteneciente a la familia de los Cupules, tenía un hijo de nombre Hul-Kin, Rayo de Sol.
Por su parte, la hechicera tenía una nieta, cuya madre había muerto al nacer la niña: Sac-Nicté, Flor Blanca.
Cuando eran niños Hul-Kin y Sac-Nicté no se querían porque pertenecían a dos familias que rivalizaban por el poder en la ciudad.
Sin embargo, al llegar a la juventud, los jóvenes se enamoraron apasionadamente. Se veían a escondidas de sus familiares.
Como resultado de sus amores, Sac-Nicté quedó embarazada.
El cacique se enteró de los amoríos de su hijo, y le envío a un pueblo del sur de Yucatán, para que se casase con una hija del cacique de dicho pueblo.
Sac-Nicté estaba muy triste y decidió contarle sus tragedias a su abuela. Quería morir.
La hechicera le dijo a la angustiada nieta que con el auxilio de los dioses y con sus hechizos lograría que regresara Hul-Kin a sus brazos. Pero éste se olvidó de su amada ante la belleza de la nueva prometida.
La hechicera hizo todo lo que pudo para que regresara el ingrato muchacho: rezaba, quemaba copal, le ponía ofrendas a los dioses… la misma Sac-Nicté se bañaba desnuda, ritualmente, todas las noches en el cenote sagrado.
En ese instante Hul-Kin comprendió que su verdadero amor era Sac-Nicté y, desesperado,  se arrojó también al cenote para reunirse con la pobre amada. Entonces, la abuela se acercó al borde del cenote, arrojó una flor de mayo de color blanco y exclamó: -¡Querida nieta, te he cumplido lo que te prometí, te he traído a Hul-Kin y ahora estará contigo para siempre!

Al hacerlo la hechicera pronunció una maldición: -¡Y al mismo digo que cada año, cuando el agua verde del cenote se vuelva oscura, Zaci cobrará una vida en honor del desdichado amor de Sac-Nicté y Hul-Kin!

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